VII. EN LA BENDICIÓN
DE UN ABAD O DE UNA ABADESA

Lecturas del Antiguo Testamento

1

Inclina tu corazón al entendimiento

Lectura del libro de los Proverbios     2, 1-9

Hijo mío, si recibes mis palabras y guardas contigo mis mandamientos, prestando oído a la sabiduría e inclinando tu corazón al entendimiento; si llamas a la inteligencia y elevas tu voz hacia el entendimiento, si la buscas como si fuera plata y la exploras como un tesoro, entonces comprenderás el temor del Señor y encontrarás la ciencia de Dios.
Porque el Señor da la sabiduría, de su boca proceden la ciencia y la inteligencia. El reserva su auxilio para los hombres rectos, es un escudo para los que caminan con integridad; él protege los senderos de la equidad y cuida el camino de sus fieles. Entonces comprenderás la justicia y la equidad, la rectitud y todas las sendas del bien.

Palabra del Señor.


2

Yo te instruyo sobre el camino de la sabiduría

Lectura del libro de los Proverbios     4, 7-13

El comienzo de la sabiduría es tratar de adquirirla; con todo lo que poseas, adquiere la inteligencia. Apréciala al máximo, y ella te encumbrará; te glorificará, si tú la abrazas. Pondrá en tu cabeza una diadema de gracia, te obsequiará una corona de gloria.
Escucha, hijo mío, y recibe mis palabras, y tus años de vida se multiplicarán. Yo te instruyo sobre el camino de la sabiduría, te encamino por senderos rectos. Cuando camines, no se acortará tu paso, y si corres, no tropezarás.
Aférrate a la instrucción, no la sueltes; guárdala bien, porque ella es tu vida.

Palabra de Dios.

Lecturas del Nuevo Testamento

1

Todos los creyentes se mantenían unidos
y ponían lo suyo en común

Lectura de los Hechos de los apóstoles     2, 42-47

Los hermanos se reunían asiduamente para escuchar la enseñanza de los Apóstoles y participar en la vida común, en la fracción del pan y en las oraciones.
Un santo temor se apoderó de todos ellos, porque los Apóstoles realizaban muchos prodigios y signos. Todos los creyentes se mantenían unidos y ponían lo suyo en común: vendían sus propiedades y sus bienes, y distribuían el dinero entre ellos, según las necesidades de cada uno.
Íntimamente unidos, frecuentaban a diario el Templo, partían el pan en sus casas, y comían juntos con alegría y sencillez de corazón; ellos alababan a Dios y eran queridos por todo el pueblo. Y cada día, el Señor acrecentaba la comunidad con aquellos que debían salvarse.

Palabra del Señor.


2

Traten de conservar la unidad del Espíritu,
mediante el vínculo de la paz

Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los cristianos de Efeso     4, 1-6

Hermanos:
Yo, que estoy preso por el Señor, los exhorto a comportarse de una manera digna de la vocación que han recibido. Con mucha humildad, mansedumbre y paciencia, sopórtense mutuamente por amor. Traten de conservar la unidad del Espíritu, mediante el vínculo de la paz.
Hay un solo Cuerpo y un solo Espíritu, así como hay una misma esperanza, a la que ustedes han sido llamados, de acuerdo con la vocación recibida. Hay un solo Señor, una sola fe, un solo bautismo. Hay un solo Dios y Padre de todos, que está sobre todos, lo penetra todo y está en todos.

Palabra del Señor.


3

Sobre todo, revístanse del amor,
que es el vínculo de la perfección

Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los cristianos de Colosas     3, 12-17

Hermanos:
Como elegidos de Dios, sus santos y amados, revístanse de sentimientos de profunda compasión. Practiquen la benevolencia, la humildad, la dulzura, la paciencia. Sopórtense los unos a los otros, y perdónense mutuamente siempre que alguien tenga motivo de queja contra otro. El Señor los ha perdonado: hagan ustedes lo mismo. Sobre todo, revístanse del amor, que es el vínculo de la perfección.
Que la paz de Cristo reine en sus corazones: esa paz a la que han sido llamados, porque formamos un solo Cuerpo. Y vivan en la acción de gracias.
Que la Palabra de Cristo resida en ustedes con toda su riqueza. Instrúyanse en la verdadera sabiduría, corrigiéndose los unos a los otros. Canten a Dios con gratitud y de todo corazón salmos, himnos y cantos inspirados. Todo lo que puedan decir o realizar, háganlo siempre en nombre del Señor Jesús, dando gracias por él a Dios Padre.

Palabra del Señor.


4

Obedezcan a quienes los dirigen. Rueguen por nosotros

Lectura de la carta a los Hebreos     13, 1-2. 7-8. 17-18

Hermanos:
Perseveren en el amor fraternal. No se olviden de practicar la hospitalidad, ya que gracias a ella, algunos, sin saberlo, hospedaron a los ángeles.
Acuérdense de quienes los dirigían, porque ellos les anunciaron la Palabra de Dios: consideren cómo terminó su vida e imiten su fe.
Jesucristo es el mismo ayer y hoy, y lo será para siempre.
Obedezcan con docilidad a quienes los dirigen, porque ellos se desvelan por ustedes, como quien tiene que dar cuenta. Así ellos podrán cumplir su deber con alegría y no penosamente, lo cual no les reportaría a ustedes ningún provecho.
Rueguen por nosotros. En realidad, estamos convencidos de tener buena conciencia, ya que nuestra intención es proceder correctamente en todo.

Palabra de Dios.


5

Apacienten el rebaño de Dios,
que les ha sido confiado

Lectura de la primera carta del apóstol san Pedro     5, 1-4

Queridos hermanos:
Exhorto a los presbíteros que están entre ustedes, siendo yo presbítero como ellos y testigo de los sufrimientos de Cristo y copartícipe de la gloria que va a ser revelada. Apacienten el Rebaño de Dios, que les ha sido confiado; velen por él, no forzada, sino espontáneamente, como lo quiere Dios; no por un interés mezquino, sino con abnegación; no pretendiendo dominar a los que les han sido encomendados, sino siendo de corazón ejemplo para el Rebaño.
Y cuando llegue el Jefe de los pastores, recibirán la corona imperecedera de gloria.

Palabra de Dios.

Salmos responsoriales

1     SALMO     1, 1- 4. 6

R.
¡Feliz el que pone en el Señor su confianza!

¡Feliz el hombre
que no sigue el consejo de los malvados,
ni se detiene en el camino de los pecadores,
ni se sienta en la reunión de los impíos,
sino que se complace en la ley del Señor
y la medita de día y de noche! R.

El es como un árbol
plantado al borde de las aguas,
que produce fruto a su debido tiempo,
y cuyas hojas nunca se marchitan:
todo lo que haga le saldrá bien. R.

No sucede así con los malvados:
ellos son como paja que se lleva el viento,
porque el Señor cuida el camino de los justos,
pero el camino de los malvados termina mal. R.


2     SALMO     33, 2- 5. 10- 13

R.
Voy a enseñarles el temor del Señor.

Bendeciré al Señor en todo tiempo,
su alabanza estará siempre en mis labios.
Mi alma se gloría en el Señor:
que lo oigan los humildes y se alegren. R.

Glorifiquen conmigo al Señor,
alabemos su Nombre todos juntos.
Busqué al Señor: él me respondió
y me libró de todos mis temores. R.

Teman al Señor, todos sus santos,
porque nada faltará a los que lo temen.
Los ricos se empobrecen y sufren hambre,
pero los que buscan al Señor no carecen de nada. R.

Vengan, hijos, escuchen:
voy a enseñarles el temor del Señor.
¿Quién es el hombre que ama la vida
y desea gozar de días felices? R.


3     SALMO     91, 2-3. 5-6. 13-16

R.
¡Es bueno darte gracias, Señor!

Es bueno dar gracias al Señor,
y cantar, Dios Altísimo, a tu Nombre;
proclamar tu amor de madrugada,
y tu fidelidad en las vigilias de la noche. R.

Tú me alegras, Señor, con tus acciones,
cantaré jubiloso por la obra de tus manos.
¡Qué grandes son tus obras, Señor,
qué profundos tus designios! R.

El justo florecerá como la palmera,
crecerá como los cedros del Líbano:
trasplantado en la Casa del Señor,
florecerá en los atrios de nuestro Dios. R.

En la vejez seguirá dando frutos,
se mantendrá fresco y frondoso,
para proclamar qué justo es el Señor,
mi Roca, en quien no existe la maldad. R.

Aleluia y Aclamaciones antes del Evangelio

1     Mt 23, 9b. 10b

Sólo tienen un Padre, el Padre celestial.
Sólo tienen un Doctor, que es el Mesías.

2     Col 3, 15

Que la paz de Cristo reine en sus corazones:
esa paz a la que han sido llamados,
porque formamos un solo Cuerpo.

EVANGELIOS

1

Que el más grande entre ustedes
se haga servidor de los otros

+ Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Mateo     23, 8-12

Jesús dijo a sus discípulos:
«Ustedes, no se hagan llamar "maestro", porque no tienen más que un Maestro y todos ustedes son hermanos. A nadie en el mundo llamen "padre", porque no tienen sino uno, el Padre celestial. No se dejen llamar tampoco "doctores", porque sólo tienen un Doctor, que es el Mesías.
Que el más grande de entre ustedes se haga servidor de los otros, porque el que se ensalza será humillado, y el que se humilla será ensalzado.»

Palabra del Señor.


2

El Señor lo ha puesto al frente de su personal

+ Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Lucas     12, 35-40

Jesús dijo a sus discípulos:
Estén preparados, ceñidos y con las lámparas encendidas. Sean como los hombres que esperan el regreso de su señor, que fue a una boda, para abrirle apenas llegue y llame a la puerta.
¡Felices los servidores a quienes el señor encuentra velando a su llegada! Les aseguro que él mismo recogerá su túnica, los hará sentar a la mesa y se pondrá a servirlo.
¡Felices ellos, si el señor llega a medianoche o antes del alba y los encuentra así!
Entiéndalo bien: si el dueño de casa supiera a qué hora va a llegar el ladrón, no dejaría perforar las paredes de su casa.
Ustedes también estén preparados, porque el Hijo del hombre llegará a la hora menos pensada.»
Pedro preguntó entonces: «Señor, ¿esta parábola la dices para nosotros o para todos?»
El Señor le dijo: «¿Cuál es el administrador fiel y previsor, a quien el Señor pondrá al frente de su personal para distribuirle la ración de trigo en el momento oportuno? ¡Feliz aquel a quien su señor, al llegar, encuentre ocupado en este trabajo! Les aseguro que lo hará administrador de todos sus bienes.»

Palabra del Señor.


3

Yo estoy entre vosotros como el que sirve

+ Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Lucas     22, 24-27

Surgió una discusión sobre quién debía ser considerado como el más grande.
Jesús les dijo:
«Los reyes de las naciones dominan sobre ellas, y los que ejercen el poder sobre el pueblo se hacen llamar bienhechores. Pero entre ustedes no debe ser así. Al contrario, el que es más grande, que se comporte como el menor, y el que gobierna, como un servidor.
Porque, ¿quién es más grande, el que está a la mesa o el que sirve? ¿No es acaso el que está a la mesa? Y sin embargo, yo estoy entre ustedes como el que sirve.»

Palabra del Señor.