DE LA MISERICORDIA DE DIOS

Dios, en su gran misericordia
nos hizo renacer, por la resurrección de Jesucristo

Lectura de la primera carta del apóstol san Pedro     1, 3-9

Bendito sea Dios, el Padre de nuestro Señor Jesucristo, que en su gran misericordia, nos hizo renacer, por la resurrección de Jesucristo, a una esperanza viva, a una herencia incorruptible, incontaminada e imperecedera, que ustedes tienen reservada en el cielo. Porque gracias a la fe, el poder de Dios los conserva para la salvación dispuesta a ser revelada en el momento final.
Por eso, ustedes se regocijan a pesar de las diversas pruebas que deben sufrir momentáneamente: así, la fe de ustedes, una vez puesta a prueba, será mucho más valiosa que el oro perecedero purificado por el fuego, y se convertirá en motivo de alabanza, de gloria y de honor el día de la Revelación de Jesucristo. Porque ustedes lo aman sin haberlo visto, y creyendo en él sin verlo todavía, se alegran con un gozo indecible y lleno de gloria, seguros de alcanzar el término de esa fe, que es la salvación.

Palabra de Dios.


Salmo responsorial     117, 2-4. 13-15. 22-24

R.
   ¡Den gracias al Señor, porque es bueno,
porque es eterno su amor!


Que lo diga el pueblo de Israel:
¡es eterno su amor!
Que lo diga la familia de Aarón:
¡es eterno su amor!
Que lo digan los que temen al Señor:
¡es eterno su amor! R.

Me empujaron con violencia para derribarme,
pero el Señor vino en mi ayuda.
El Señor es mi fuerza y mi protección;
él fue mi salvación.
Un grito de alegría y de victoria
resuena en las carpas de los justos. R.

La piedra que desecharon los constructores
es ahora la piedra angular.
Esto ha sido hecho por el Señor
y es admirable a nuestros ojos.
Este es el día que hizo el Señor:
alegrémonos y regocijémonos en él. R.


Aleluia     Cf. Sal 144, 9

Aleluia.
El Señor es bueno
y se compadece de todas sus criaturas.
Aleluia.

Evengelio

El hijo del hombre ha venido
para dar su vida en rescate por una multitud

+ Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Mateo     20, 25b-28

Jesús llamó a sus discípulos y les dijo: "Ustedes saben que los jefes de las naciones dominan sobre ellas y los poderosos les hacen sentir su autoridad.
Entre ustedes no debe suceder así. Al contrario, el que quiera ser grande, que se haga servidor de ustedes; y el que quiera ser el primero que se haga su esclavo: como el Hijo del hombre, que no vino para ser servido, sino para servir y dar su vida en rescate por una multitud".

Palabra del Señor.


O bien:

No hay amor mas grande
que dar la vida por los amigos

+ Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Juan     15, 9-14

Durante la Última Cena, Jesús dijo a sus discípulos:
Como el Padre me amó, también yo los he amado a ustedes. Permanezcan en mi amor.
Si cumplen mis mandamientos, permanecerán en mi amor, como yo cumplí los mandamientos de mi Padre y permanezco en su amor.
Les he dicho esto para que mi gozo sea el de ustedes, y ese gozo sea perfecto. Este es mi mandamiento:
Ámense los unos a los otros, como yo los he amado.
No hay amor más grande que dar la vida por los amigos.
Ustedes son mis amigos si hacen lo que yo les mando.

Palabra del Señor.


Pueden utilizarse las lecturas de las misas votivas de la Preciosísima Sangre de nuestro Señor Jesucristo y del Sagrado Corazón de Jesús.