23 de abril
San Jorge
mártir

El vencedor heredará estas cosas.

Lectura del libro del Apocalipsis     21, 5-7

    El que estaba sentado en el trono dijo; «Yo hago nuevas todas las cosas».
    Y agregó: «Escribe que estas palabras son verdaderas y dignas de crédito. ¡Ya está! Yo soy el­ Alfa y la Omega, el Principioj y el Fin. Al que tiene sed, Yo le daré de beber gratuitamente de la fuente del agua de la vida. El vencedor heredará estas cosas, y Yo seré su Dios y Él será mi hijo».

Palabra de Dios.


SALMO
    125, 1-6

R.
Los que siembran entre lágrimas
cosecharán entre canciones.


Cuando el Señor cambió la suerte de Sión
nos parecí­a que soñábamos:
nuestra boca se llenó de risas
y nuestros labios, de canciones. R.

Hasta los mismos paganos decí­an:
«¡El Señor hizo por ellos grandes cosas!
¡Grandes cosas hizo el Señor por nosotros
y estamos rebosantes de alegrí­a! R.

¡Cambia, Señor, nuestra suerte
como los torrentes del Négueb!
Los que siembran entre lágrimas
cosecharán entre canciones. R.

El sembrador va llorando
cuando esparce la semilla,
pero vuelve cantando
cuando trae las gavillas. R.


ALELUIA     (Se omite en Cuaresma)     1Pe 4, 14

Aleluia.
¡Felices si son ultrajados por el nombre de Cristo,
porque el Espí­ritu de Dios, reposa sobre ustedes!
Aleluia.


EVANGELIO

El que pierda su vida por mi, la salvará.

+ Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Lucas     9,23-26

    Jesús dijo:
    El que quiera venir detrás de mí­, que renuncie a sí­ mismo, que cargue con su cruz cada día y me siga. Porque el que quiera salvar su vida, la perderá; y el que pierda su vida por mí­, la salvará. ¿De qué le servirá al hombre ganar el mundo entero, si se pierde o se arruina a sí­ mismo? Porque si alguien se avergüenza de mí­ y de mis palabras, el Hijo del hombre se avergonzará de él cuando venga en su gloria y en la gloria del Padre y de los santos ángeles.

Palabra del Señor.

O bien:

San Adalberto
obispo y mártir

Considerados como muertos
cuando estamos llenos de vida

Lectura de la segunda carta del Apóstol san Pablo a los cristianos de Corinto     6, 4-10

    Hermanos:
    Siempre nos comportamos como corresponde a ministros de Dios, con una gran constancia: en las tribulaciones, en las adversidades, en las angustias, al soportar los golpes, en la cárcel, en las revueltas, en las fatigas, en la falta de sueño, en el hambre.
    Nosotros obramos con integridad, con inteligencia, con paciencia, con benignidad, con docilidad al Espí­ritu Santo, con un amor sincero, con la palabra de verdad, con el poder de Dios; usando las armas ofensivas y defensivas de la justicia; sea que nos encontremos en la gloria, o que estemos humillados; que gocemos de buena o de mala fama; que seamos considerados como impostores, cuando en realidad somos sinceros; como desconocidos, cuando nos conocen muy bien; como moribundos, cuando estamos llenos de vida; como castigados, aunque estamos ilesos; como tristes, aunque estamos siempre alegres; como pobres aunque enriquecemos muchos; como gente que no tiene nada, aunque lo poseemos todo.

Palabra de Dios.


SALMO
    30, 3cd-4. 6. 8ab. 16bc. 17

R.
¡En tus manos, Señor, encomiendo mi espí­ritu!

Sé para mí­ una roca protectora,
un baluarte donde me encuentre a salvo,
porque Tú eres mi Roca y mi baluarte:
por tu Nombre, guí­ame y condúceme. R.

Yo pongo mi vida en tus manos:
Tú me rescatarás, Señor, Dios fiel.
¡Tu amor será
mi gozo y mi alegrí­a! R.

Lí­brame del poder de mis enemigos
y de aquellos que me persiguen.
Que brille tu rostro sobre tu servidor,
sálvame por tu misericordia. R.


ALELUIA     (Se omite en Cuaresma)     Jn 17, 19

Aleluia
«Por ellos me consagro,
para que también ellos
sean consagrados en la verdad»,
dice el Señor.
Aleluia.


EVANGELIO

El buen Pastor da su vida por las ovejas

+ Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Juan     10, 11-16

    Jesús dijo:
    «Yo soy el buen Pastor.
El buen Pastor da su vida por las ovejas.
El asalariado, en cambio, que no es el pastor
y al que no pertenecen las ovejas,
cuando ve venir al lobo
las abandona y huye,
y el lobo las arrebata y las dispersa.
Como es asalariado,
no se preocupa por las ovejas.

    Yo soy el buen Pastor:
conozco a mis ovejas,
y mis ovejas me conocen a mí
-como el Padre me conoce a mí
­ y Yo conozco al Padre-,
y doy mi vida por las ovejas.

    Tengo, además, otras ovejas
que no son de este corral
y a las que debo también conducir:
ellas oirán mi voz,
y así­ habrá un solo rebaño
y un solo Pastor.

Palabra del Señor.