23 de julio
San Charbel Makhlüf
presbítero

Lectura del libro del Eclesiástico     3, 17-26

    Hijo mío, realiza tus obras con modestia y serás amado por los que agradan a Dios.
    Cuanto más grande seas, más humilde debes ser, y así obtendrás el favor del Señor, porque el poder del Señor es grande y él es glorificado por los humildes.
    No pretendas lo que es demasiado difícil para ti, ni trates de indagar lo que supera tus fuerzas: reflexiona sobre lo que te ha sido mandado, porque a ti no te conciernen las cosas secretas.
    No te ocupes de cosas que están por encima de ti: lo que te ha sido revelado ya es demasiado para la inteligencia.
    Porque muchos se extraviaron por sus especulaciones y su imaginación perversa falseó sus pensamientos.

Palabra de Dios


SALMO
    14, 2-5
 
El Señor observa desde el cielo a los seres humanos,
para ver si hay alguien que sea sensato,
alguien que busque a Dios.

Todos están extraviados, igualmente corrompidos;
nadie practica el bien, ni siquiera uno solo.

Nunca aprenderán los malvados,
los que devoran a mi pueblo como si fuera pan,
y no invocan al Señor?

Miren cómo tiemblan de espanto,
porque Dios está a favor de los justos.


EVANGELIO

+ Lectura del santo Evangelio según san Mateo     19, 27-29

    Pedro, tomando la palabra, dijo: "Tú sabes que nosotros lo hemos dejado todo y te hemos seguido. ¿Qué nos tocará a nosotros?".
    Jesús les respondió: "Les aseguro que en la regeneración del mundo, cuando el Hijo del hombre se siente en su trono de gloria, ustedes, que me han seguido, también se sentarán en doce tronos, para juzgar a las doce tribus de Israel.
    Y el que a causa de mi Nombre deje casa, hermanos o hermanas, padre, madre, hijos o campos, recibirá cien veces más y obtendrá como herencia la Vida eterna.

Palabra del Señor

 

23 de julio
Santa Brígida
religiosa

Ya no vivo yo, sino que Cristo vive en mí

Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los cristianos de Galacia     2, 19-20

Hermanos:
    En virtud de la Ley, he muerto a la Ley, a fin de vivir para Dios.
    Yo estoy crucificado con Cristo, y ya no vivo yo, sino que Cristo vive en mí: la vida que sigo viviendo en la carne, la vivo en la fe en el Hijo de Dios, que me amó y se entregó por mí.

Palabra de Dios.


SALMO
    Sal 33, 2-3. 4-5. 6-7. 8-9. 10-11 (R.: 2a; o bien: 9a)

R.
Bendeciré al Señor en todo tiempo.

O bien:

¡Gusten y vean qué bueno es el Señor!

Bendeciré al Señor en todo tiempo,
su alabanza estará siempre en mis labios.
Mi alma se gloría en el señor:
que lo oigan los humildes y se alegren. R.

Glorifiquen conmigo al Señor,
alabemos su Nombre todos juntos.
Busqué al Señor: él me respondió
y me libró de todos mis temores. R.

Miren hacia él y quedarán resplandecientes,
y sus rostros no se avergonzarán.
Este pobre hombre invocó al Señor:
él lo escuchó y lo salvó de sus angustias. R.

El Ángel del Señor acampa
en torno de sus fieles, y los libra.
¡Gusten y vean qué bueno es el Señor!
¡Felices los que en él se refugian! R.

Teman al Señor, todos sus santos,
porque nada faltará a los que lo temen.
Los ricos se empobrecen y sufren hambre,
pero los que buscan al Señor no carecen de nada. R.


ALELUIA     Jn 15, 9b. 5b

Dice el Señor:
Permanezcan en mi amor;
el que permanece en mí, y yo en él, da mucho fruto.


EVANGELIO

El que permanece en mí, y yo en él, da mucho fruto

+ Lectura del santo Evangelio según san Juan     15, 1-8

Jesús dijo a sus discípulos:
    «Yo soy la verdadera vid y mi Padre es el viñador. El corta todos mis sarmientos que no dan fruto; al que da fruto, lo poda para que dé más todavía. Ustedes ya están limpios por la palabra que yo les anuncié. Permanezcan en mí, como yo permanezco en ustedes. Así como el sarmiento no puede dar fruto si no permanece en la vid, tampoco ustedes, si no permanecen en mí.
    Yo soy la vid, ustedes los sarmientos. El que permanece en mí, y yo en él, da mucho fruto, porque separados de mí, nada pueden hacer. Pero el que no permanece en mí, es como el sarmiento que se tira y se seca; después se recoge, se arroja al fuego y arde.
    Si ustedes permanecen en mí y mis palabras permanecen en ustedes, pidan lo que quieran y lo obtendrán.
    La gloria de mi Padre consiste en que ustedes den fruto abundante, y así sean mis discípulos.»

Palabra del Señor.