8 de agosto
Santo Domingo
presbítero
Memoria
Anunciamos una sabiduría de Dios, misteriosa
Lectura de la primera carta del apóstol san Pablo a los cristianos de Corinto
2, 1-10
Hermanos, cuando los visité para anunciarles el misterio de Dios, no llegué con
el prestigio de la elocuencia o de la sabiduría. Al contrario, no quise saber
nada, fuera de Jesucristo, y Jesucristo crucificado.
Por eso, me presenté ante ustedes débil, temeroso y vacilante.
Mi palabra y mi predicación no tenían nada de la argumentación persuasiva de la
sabiduría humana, sino que eran demostración del poder del Espíritu, para que
ustedes no basaran su fe en la sabiduría de los hombres, sino en el poder de Dios.
Es verdad que anunciamos una sabiduría entre aquellos que son personas
espiritualmente maduras, pero no la sabiduría de este mundo ni la que ostentan
los dominadores de este mundo, condenados a la destrucción.
Lo que anunciamos es una sabiduría de Dios, misteriosa y secreta, que él preparó
para nuestra gloria antes que existiera el mundo; aquella que ninguno de los
dominadores de este mundo alcanzó a conocer, porque si la hubieran conocido no
habrían crucificado al Señor de la gloria.
Nosotros anunciamos, como dice la Escritura, lo que nadie vio ni oyó y ni
siquiera pudo pensar, aquello que Dios preparó para los que lo aman. Dios nos
reveló todo esto por medio del Espíritu, porque el Espíritu lo penetra todo,
hasta lo más íntimo de Dios.
Palabra de Dios.
SALMO Sal 95, 1-2a. 2b-3. 7-8a. 10 (R.: cf. 3)
R. Anuncien las maravillas del Señor entre los pueblos.
Canten al Señor un canto nuevo,
cante al Señor toda la tierra;
canten al Señor, bendigan su Nombre. R.
Día tras día, proclamen su victoria.
Anuncien su gloria entre las naciones,
y sus maravillas entre los pueblos. R.
Aclamen al Señor, familias de los pueblos,
aclamen la gloria y el poder del Señor;
aclamen la gloria del nombre del Señor. R.
Digan entre las naciones: «¡el Señor reina!
El mundo está firme y no vacilará.
El Señor juzgará a los pueblos con rectitud.» R.
ALELUIA Jn 8, 12
Dice el Señor: Yo soy la luz del mundo;
el que me sigue tendrá la luz de la vida.
EVANGELIO
Te seguiré adonde vayas
+ Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Lucas
9, 57-62
Mientras iban caminando, alguien le dijo a Jesús: «¡Te seguiré adonde vayas!»
Jesús le respondió: «Los zorros tienen sus cuevas y las aves del cielo sus
nidos, pero el Hijo del hombre no tiene dónde reclinar la cabeza.»
Y dijo a otro: «Sígueme.» El respondió: «Permíteme que vaya primero a enterrar a
mi padre.» Pero Jesús le respondió: «Deja que los muertos entierren a sus
muertos; tú ve a anunciar el Reino de Dios.»
Otro le dijo: «Te seguiré, Señor, pero permíteme antes despedirme de los míos.»
Jesús le respondió: «El que ha puesto la mano en el arado y mira hacia atrás, no
sirve para el Reino de Dios.»
Palabra del Señor.