17 de septiembre
San Roberto Belarmino
obispo y doctor de la Iglesia
Amé a la Sabiduría más que a la salud y a la hermosura
Lectura del libro de la Sabiduría 7, 7-10. 15-16
Oré, y me fue dada la prudencia, supliqué, y descendió sobre mí el espíritu de
la Sabiduría. La preferí a los cetros y a los tronos, y tuve por nada las
riquezas en comparación con ella. No la igualé a la piedra más preciosa, porque
todo el oro, comparado con ella, es un poco de arena; y la plata, a su lado,
será considerada como barro.
La amé más que a la salud y a la hermosura, y la quise más que a la luz del día,
porque su resplandor no tiene ocaso.
Que Dios me conceda hablar con inteligencia, y que mis pensamientos sean dignos
de los dones recibidos, porque él mismo es el guía de la Sabiduría y el que
dirige a los sabios. En sus manos estamos nosotros y nuestras palabras, y
también todo el saber y la destreza para obrar.
Palabra de Dios.
SALMO Sal 18, 8. 9. 10. 11 (R.: 10b; o bien: Jn 6, 63c)
R. Los juicios del Señor son la verdad, enteramente justos.
O bien:
Tus palabras, Señor, son Espíritu y Vida.
La ley del Señor es perfecta,
reconforta el alma;
el testimonio del Señor es verdadero,
da sabiduría al simple. R.
Los preceptos del Señor son rectos,
alegran el corazón;
los mandamientos del Señor son claros,
iluminan los ojos. R.
La palabra del Señor es pura,
permanece para siempre;
los juicios del Señor son la verdad,
enteramente justos. R.
Son más atrayentes que el oro,
que el oro más fino;
más dulces que la miel,
más que el jugo del panal. R.
ALELUIA Cf. Jn 6, 63c. 68c
Tus palabras, Señor, son Espíritu y Vida;
tú tienes palabras de Vida eterna.
EVANGELIO
Jesús les enseñaba como quien tiene autoridad
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Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Mateo 7, 21-29