4 de octubre
San Francisco de Asís
Memoria

Por Cristo el mundo está crucificado para mí,
como yo lo estoy para el mundo

Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los cristianos de Galacia     6, 14-18

    Hermanos:
    Yo sólo me gloriaré en la cruz de nuestro Señor Jesucristo, por quien el mundo está crucificado para mí, como yo lo estoy para el mundo.
    Estar circuncidado o no estarlo, no tiene ninguna importancia: lo que importa es ser una nueva criatura. Que todos los que practican esta norma tengan paz y misericordia, lo mismo que el Israel de Dios.
    Que nadie me moleste en adelante: yo llevo en mi cuerpo las cicatrices de Jesús.
    Hermanos, que la gracia de nuestro Señor Jesucristo permanezca con ustedes. Amén.

Palabra de Dios.


SALMO
    Sal 15, 1-2a. 5. 7-8. 11

R.
¡Tú eres mi herencia, Señor!.

Protégeme, Dios mío, porque me refugio en ti.
Yo digo al Señor: «Señor, Tú eres mi bien.»
El Señor es la parte de mi herencia y mi cáliz,
¡Tú decides mi suerte! R.

Bendeciré al Señor que me aconseja,
¡hasta de noche me instruye mi conciencia!
Tengo siempre presente al Señor:
Él está a mi lado, nunca vacilaré. R.

Me harás conocer el camino de la vida,
saciándome de gozo en tu presencia,
de felicidad eterna
a tu derecha. R.


ALELUIA     Cf. Mt 11, 25

Bendito eres, Padre, Señor del cielo y de la tierra,
porque revelaste los misterios del Reino a los pequeños.


EVANGELIO

Habiendo ocultado estas cosas a los sabios,
las has revelado a los pequeños

+ Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Mateo     11, 25-30

    Jesús dijo:
    Te alabo, Padre, Señor del cielo y de la tierra, por haber ocultado estas cosas a los sabios y a los prudentes y haberlas revelado a los pequeños. Sí, Padre, porque así lo has querido.
    Todo me ha sido dado por mi Padre, y nadie conoce al Hijo sino el Padre, así como nadie conoce al Padre sino el Hijo y aquel a quien el Hijo se lo quiera revelar.
    Vengan a mí todos los que están afligidos y agobiados, y yo los aliviaré. Carguen sobre ustedes mi yugo y aprendan de mí, porque soy paciente y humilde de corazón, y así encontrarán alivio. Porque mi yugo es suave y mi carga liviana.

Palabra del Señor.