DOMINGO SEGUNDO DE CUARESMA
Año "C"
Dios selló una alianza con el fiel Abraham
Lectura del libro del Génesis 15, 5-12. 17-18
Cristo hará nuestro cuerpo
semejante a su cuerpo glorioso
Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los cristianos de Filipos
3, 17-4, 1
Sigan mi ejemplo, hermanos, y observen atentamente a los que siguen el ejemplo
que yo les he dado. Porque ya les advertí frecuentemente y ahora les repito
llorando: hay muchos que se portan como enemigos de la cruz de Cristo. Su fin es
la perdición, su dios es el vientre, su gloria está en aquello que los cubre de
vergüenza, y no aprecian sino las cosas de la tierra. En cambio, nosotros somos
ciudadanos del cielo, y esperamos ardientemente que venga de allí como Salvador
el Señor Jesucristo. El transformará nuestro pobre cuerpo mortal, haciéndolo
semejante a su cuerpo glorioso, con el poder que tiene para poner todas las
cosas bajo su dominio.
Por eso, hermanos míos muy queridos, a quienes tanto deseo ver, ustedes que son
mi alegría y mi corona, amados míos, perseveren firmemente en el Señor.
Palabra de Dios.
O bien más breve:
Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los cristianos de Filipos
3, 20-4, 1
Hermanos:
Nosotros somos ciudadanos del cielo, y esperamos ardientemente que venga de allí
como Salvador el Señor Jesucristo. El transformará nuestro pobre cuerpo mortal,
haciéndolo semejante a su cuerpo glorioso, con el poder que tiene para poner
todas las cosas bajo su dominio.
Por eso, hermanos míos muy queridos, a quienes tanto deseo ver, ustedes que son
mi alegría y mi corona, amados míos, perseveren firmemente en el Señor.
Palabra de Dios.
VERSÍCULO ANTES DEL EVANGELIO Mt 17, 5
Desde la nube resplandeciente se oyó la voz del Padre:
«Este es mi Hijo amado; escúchenlo»
EVANGELIO
Mientras oraba, su rostro cambió de aspecto
+ Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Lucas
9, 28b-36
Jesús tomó a Pedro, Juan y Santiago, y subió a la montaña para orar.
Mientras oraba, su rostro cambió de aspecto y sus vestiduras se volvieron de una blancura
deslumbrante. Y dos hombres conversaban con él: eran Moisés y Elías, que aparecían
revestidos de gloria y hablaban de la partida de Jesús, que iba a cumplirse en Jerusalén.
Pedro y sus compañeros tenían mucho sueño, pero permanecieron despiertos, y
vieron la gloria de Jesús y a los dos hombres que estaban con él.
Mientras estos se alejaban, Pedro dijo a Jesús: «Maestro, ¡qué bien estamos
aquí! Hagamos tres carpas, una para ti, otra para Moisés y otra para Elías.»
El no sabía lo que decía. Mientras hablaba, una nube los cubrió con su sombra
y al entrar en ella, los discípulos se llenaron de temor. Desde la nube se oyó entonces una
voz que decía: «Este es mi Hijo, el Elegido, escúchenlo.» Y cuando se oyó la voz, Jesús
estaba solo.
Los discípulos callaron y durante todo ese tiempo no dijeron a nadie lo que habían visto.
Palabra del Señor.