TIEMPO DE NAVIDAD
Domingo dentro de la Octava de Navidad
(o en su defecto el 30 de diciembre)
Cuando entre el 25 de diciembre y el 1 de enero no hubiese un domingo, esta fiesta se celebra el día 30 de diciembre, eligiéndose antes del Evangelio una sola lectura.
El que teme al Señor honra a su padre
Lectura del libro del Eclesiástico 3, 3-7. 14-17
El que honra a su padre expía sus pecados
y el que respeta a su madre es como quien acumula un tesoro.
El que honra a su padre encontrará alegría en sus hijos
y cuando ore, será escuchado.
El que respeta a su padre tendrá larga vida
y el que obedece al Señor da tranquilidad a su madre.
El que teme al Señor honra a su padre
y sirve como a sus dueños a quienes le dieron la vida.
La ayuda prestada a un padre no caerá en el olvido
y te servirá de reparación por tus pecados.
Cuando estés en la aflicción, el Señor se acordará de ti,
y se disolverán tus pecados como la escarcha con el calor.
El que abandona a su padre es como un blasfemo
y el que irrita a su madre es maldecido por el Señor.
Hijo mío, realiza tus obras con modestia
y serás amado por los que agradan a Dios.
Palabra de Dios.
SALMO Sal 127, 1-5
R. ¡Felices los que temen al Señor y siguen sus caminos!
¡Feliz el que teme al Señor
y sigue sus caminos!
Comerás del fruto de tu trabajo,
serás feliz y todo te irá bien. R.
Tu esposa será como una vid fecunda
en el seno de tu hogar;
tus hijos, como retoños de olivo
alrededor de tu mesa. R.
¡Así será bendecido
el hombre que teme al Señor!
¡Que el Señor te bendiga desde Sión
todos los días de tu vida:
que contemples la paz de Jerusalén! R.
La vida de familia vivida en el Señor
Lectura de la carta del apóstol san Pablo
a los cristianos de Colosas 3, 12-21
Hermanos:
Como elegidos de Dios, sus santos y amados, revístanse de sentimientos de
profunda compasión. Practiquen la benevolencia, la humildad, la dulzura, la
paciencia. Sopórtense los unos a los otros, y perdónense mutuamente siempre que
alguien tenga motivo de queja contra otro. El Señor los ha perdonado: hagan
ustedes lo mismo. Sobre todo, revístanse del amor, que es el vínculo de la
perfección.
Que la paz de Cristo reine en sus corazones: esa paz a la que han sido llamados,
porque formamos un solo Cuerpo. Y vivan en la acción de gracias.
Que la Palabra de Cristo resida en ustedes con toda su riqueza. Instrúyanse en
la verdadera sabiduría, corrigiéndose los unos a los otros. Canten a Dios con
gratitud y de todo corazón salmos, himnos y cantos inspirados. Todo lo que
puedan decir o realizar, háganlo siempre en nombre del Señor Jesús, dando
gracias por él a Dios Padre.
Mujeres, respeten a su marido, como corresponde a los discípulos del Señor.
Maridos, amen a su mujer, y no le amarguen la vida. Hijos, obedezcan siempre a
sus padres, porque esto es agradable al Señor. Padres, no exasperen a sus hijos,
para que ellos no se desanimen.
Palabra de Dios.
ALELUIA Col 3, 15a. 16a
Aleluia.
Que la paz de Cristo reine en sus corazones;
que la palabra de Cristo resida en ustedes
con toda su riqueza.
Aleluia.
EVANGELIO
Toma al niño y a su madre, huye a Egipto
+ Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Mateo
2, 13-15. 19-23
Después de la partida de los magos, el Ángel del Señor se apareció en sueños a
José y le dijo: «Levántate, toma al niño y a su madre, huye a Egipto y permanece
allí hasta que yo te avise, porque Herodes va a buscar al niño para matarlo.»
José se levantó, tomó de noche al niño y a su madre, y se fue a Egipto.
Allí permaneció hasta la muerte de Herodes, para que se cumpliera lo que el
Señor había anunciado por medio del Profeta: Desde Egipto llamé a mi hijo.
Cuando murió Herodes, el Ángel del Señor se apareció en sueños a José, que
estaba en Egipto, y le dijo: «Levántate, toma al niño y a su madre, y regresa a
la tierra de Israel, porque han muerto los que atentaban contra la vida del niño.»
José se levantó, tomó al niño y a su madre, y entró en la tierra de Israel. Pero
al saber que Arquelao reinaba en Judea, en lugar de su padre Herodes, tuvo miedo
de ir allí y, advertido en sueños, se retiró a la región de Galilea, donde se
estableció en una ciudad llamada Nazaret. Así se cumplió lo que había sido
anunciado por los profetas:
«Será llamado Nazareno».
Palabra del Señor.