Domingo después de Pentecostés
LA SANTÍSIMA TRINIDAD
Solemnidad

Antífona de entrada
Bendita sea la Santísima Trinidad,
Padre, Hijo y Espíritu Santo,
porque ha tenido misericordia con nosotros.

Se dice Gloria.

Oración colecta
Dios Padre, que revelaste a los hombres tu misterio admirable
al enviar al mundo la Palabra de verdad y el Espíritu santificador;
te pedimos que, en la profesión de la fe verdadera,
podamos conocer la gloria de la eterna Trinidad
y adorar al único Dios todopoderoso.
Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo,
que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo,
y es Dios, por los siglos de los siglo

Se dice Credo.

Oración sobre las ofrendas
Señor y Padre nuestro,
por la invocación de tu Nombre
santifica los dones que te presentamos
y conviértenos por ellos en ofrenda eterna.
Por Jesucristo, nuestro Señor.

Prefacio

El misterio de la Santísima Trinidad

V. El Señor esté con ustedes
R. Y con tu espíritu.

V. Levantemos el corazón.
R. Lo tenemos levantado hacia el Señor.

V. Demos gracias al Señor, nuestro Dios.
R. Es justo y necesario.

En verdad es justo y necesario,
es nuestro deber y salvación
darte gracias siempre y en todo lugar,
Señor, Padre santo,
Dios todopoderoso y eterno:

Que con tu Hijo único y el Espíritu Santo
eres un solo Dios, un solo Señor,
no una sola Persona,
sino tres Personas distintas de una misma naturaleza.

Cuanto creemos de tu gloria, Padre,
porque tú lo revelaste,
lo afirmamos también de tu Hijo
y del Espíritu Santo, sin diferencia alguna.

Por eso, al proclamar nuestra fe
en la verdadera y eterna Divinidad,
adoramos a tres personas distintas,
de única naturaleza e iguales en dignidad.

A ti los ángeles y arcángeles,
con todos los coros celestiales,
te alaban sin cesar:

Santo, Santo, Santo es el Señor
Dios del Universo.
Llenos están el cielo y la tierra de tu gloria.
Hosanna en el cielo.
Bendito el que viene en nombre del Señor.
Hosanna en el cielo.

Antífona de comunión     Cf. Gal 4, 6
Porque ustedes son hijos
Dios infundió en sus corazones
el Espíritu de su Hijo, que clama: Abbá, Padre.

Oración después de la comunión
Señor y Dios nuestro,
te pedimos que el sacramento recibido
y la profesión de nuestra fe en ti,
único Dios en tres personas,
sirva para nuestra salvación.
Por Jesucristo, nuestro Señor.

Domingo después de la Santísima Trinidad
SANTÍSIMO CUERPO Y SANGRE DE CRISTO
Solemnidad

Antífona de entrada Cf. Sal 80, 17
El Señor los alimentó con lo mejor del trigo,
y los sació con miel silvestre.

Se dice Gloria.

Oración colecta
Señor Jesucristo,
que en este admirable sacramento
nos dejaste el memorial de tu Pasión,
concédenos venerar de tal manera
los sagrados misterios de tu Cuerpo y de tu Sangre,
que podamos experimentar siempre en nosotros
los frutos de tu redención.
Que vives y reinas con el Padre en la unidad del Espíritu Santo,
y eres Dios, por los siglos de los siglos.

Se dice Credo.

Oración sobre las ofrendas
Señor y Dios nuestro,
concede bondadosamente a tu Iglesia
los dones de la unidad y de la paz,
significados en las ofrendas que te presentamos.
Por Jesucristo, nuestro Señor.

Prefacio de la Santísima Eucaristía II o I.

Antífona de comunión     Jn 6, 56
Dice el Señor: El que come mi carne y bebe mi sangre
permanece en mí y yo en él.


Oración después de la comunión
Señor Jesucristo,
te pedimos que podamos saciarnos con el eterno gozo de tu divinidad,
anticipado en la comunión de tu Cuerpo y de tu Sangre.
Que vives y reinas por los siglos de los siglos.

Es conveniente que se haga la procesión después de la Misa, en la cual se ha de consagrar la hostia que se llevará en la procesión. Nada impide que la procesión se haga después de una adoración pública y prolongada, a continuación de la Misa. Si la procesión sigue a la Misa, terminada la comunión de los fieles, se coloca sobre el altar el ostensorio o custodia y se pone la hostia consagrada. Pronunciada la oración después de la comunión y omitidos los ritos conclusivos, se inicia la procesión.

Viernes siguiente al segundo domingo de Pentecostés
SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS
Solemnidad

Antífona de entrada     Cf. Sal 32, 11.19
Los designios del corazón de Dios permanecen para siempre:
Él salva a sus fieles de la muerte y los sustenta en el tiempo de indigencia.

Se dice Gloria.

Oración colecta
Dios rico en misericordia,
que nos das la alegría de celebrar las grandes obras de tu amor
en el Corazón de tu Hijo muy amado;
te rogamos que de esta fuente inagotable
alcancemos la abundancia de tu gracia.
Que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo,
y es Dios, por los siglos de los siglos.

O bien:
Dios Padre misericordioso,
que abres los tesoros infinitos de tu amor
en el Corazón de tu Hijo, traspasado por nuestros pecados,
te pedimos que, al presentarte el homenaje de nuestra fidelidad,
cumplamos el deber de una digna reparación.
Que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo,
y es Dios, por los siglos de los siglos.

Se dice Credo.

Oración sobre las ofrendas
Mira, Señor, la inefable caridad del Corazón de tu Hijo amado,
de manera que esta ofrenda te sea agradable
y sirva para reparar nuestros pecados.
Por Jesucristo, nuestro Señor.

Prefacio

El inmenso amor de Cristo

V. El Señor esté con ustedes
R. Y con tu espíritu.

V. Levantemos el corazón.
R. Lo tenemos levantado hacia el Señor.

V. Demos gracias al Señor, nuestro Dios.
R. Es justo y necesario.

En verdad es justo y necesario,
es nuestro deber y salvación
darte gracias siempre y en todo lugar,
Señor, Padre santo,
Dios todopoderoso y eterno,
por Cristo, Señor Nuestro.

Él mismo, al ser elevado en la cruz,
se entregó por nosotros con amor admirable,
y de su costado herido brotó Sangre y agua,
dando así origen a los sacramentos de la Iglesia.

Por tanto, atraídos todos por el Corazón abierto del Salvador
podemos beber con alegría
en la fuente de la salvación.

Por eso, unidos a los coros de los ángeles,
cantamos un himno a tu gloria,
diciendo sin cesar:

Santo, Santo, Santo es el Señor
Dios del Universo.
Llenos están el cielo y la tierra de tu gloria.
Hosanna en el cielo.
Bendito el que viene en nombre del Señor.
Hosanna en el cielo.

Antífona de comunión     Jn 7, 37.38
Dice el Señor: El que tenga sed venga a mí, y beba el que cree en mí.
De su seno brotarán manantiales de agua viva.

O bien:     Jn 19, 34
Uno de los soldados atravesó con la lanza el costado de Jesús,
y enseguida brotó sangre y agua.

Oración después de la comunión
Señor y Padre nuestro,
que este sacramento de tu amor
nos haga fervorosos en la caridad,
para que atraídos por tu Hijo,
sepamos reconocerlo en nuestros hermanos.
Que vive y reina por los siglos de los siglos.

Último domingo del tiempo « durante el año »
JESUCRISTO, REY UNIVERSAL
Solemnidad

Antífona de entrada     Ap 5, 12; 1, 6
El Cordero que ha sido inmolado
es digno de recibir el poder y la riqueza, la sabiduría, la fuerza y el honor.
A él pertenecen la gloria y el imperio para siempre.

Se dice Gloria.

Oración colecta
Dios todopoderoso y eterno,
que quisiste restaurar todas las cosas
por tu amado Hijo, Rey del universo,
te pedimos que la creación entera,
liberada de la esclavitud del pecado,
te sirva y te alabe eternamente.
Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo,
que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo,
y es Dios, por los siglos de los siglos.

Se dice Credo.

Oración sobre las ofrendas
Te ofrecemos, Señor, el sacrificio
de la reconciliación de los hombres,
y te pedimos humildemente que tu Hijo
conceda a todos los pueblos
los dones de la unidad y de la paz.
Él que vive y reina por los siglos de los siglos.

Prefacio

Jesucristo, Rey del universo

V/. El Señor esté con ustedes
R/. Y con tu espíritu.

V/. Levantemos el corazón.
R/. Lo tenemos levantado hacia el Señor.

V/. Demos gracias al Señor, nuestro Dios.
R/. Es justo y necesario.

En verdad es justo y necesario,
es nuestro deber y salvación,
darte gracias siempre y en todo lugar,
Señor, Padre Santo,
Dios todopoderoso y eterno:

Porque has ungido con el óleo de la alegría
a tu Hijo único, nuestro Señor Jesucristo,
como Sacerdote eterno y Rey del universo.
Él, víctima inmaculada y pacifica,
se ofreció en el altar de la cruz,
realizando el misterio de la redención humana.

Así sometió a su poder a la creación entera,
para entregarte, Padre santo,
el reino eterno y universal,
reino de verdad y de vida,
reino de santidad y de gracia,
reino de justicia, de amor y de paz.

Por eso, con los ángeles y los arcángeles,
y con todos los coros celestiales,
proclamamos el himno de tu gloria, diciendo sin cesar:

Santo, Santo, Santo es el Señor
Dios del Universo.
Llenos están el cielo y la tierra de tu gloria.
Hosanna en el cielo.
Bendito el que viene en nombre del Señor.
Hosanna en el cielo.

Antífona de comunión     Sal 28, 10.11
El Señor reinará eternamente,
él bendecirá a su pueblo con la paz.

Oración después de la comunión
Después de recibir el alimento de la inmortalidad,
te pedimos, Padre,
que quienes nos alegramos de obedecer
los mandamientos de Jesucristo, Rey del universo,
podamos vivir eternamente con él en el Reino de los cielos.
Por el mismo Jesucristo, nuestro Señor.