MISAS VOTIVAS


Por una razón de importante necesidad pastoral, se puede celebrar la misa votiva más adecuada a dicha necesidad, por mandato o licencia del Ordinario del lugar, todos los días, excepto en las solemnidades, en los domingos de Adviento, de Cuaresma y de Pascua, en los días de la Octava de Pascua, en la conmemoración de todos los fieles difuntos, el día Miércoles de Ceniza y los días de Semana Santa.

Los días en que ocurre una memoria obligatoria o una feria de Adviento hasta el 16 de diciembre inclusive, del tiempo de Navidad desde el 2 de enero, y del tiempo pascual después de la octava de Pascua, por norma general se prohíben las Misas para varias necesidades o diversas circunstancias y las votivas. Pero si alguna verdadera necesidad o utilidad pastoral lo requiere, en la celebración con el pueblo se puede utilizar, a juicio del rector de la iglesia o del mismo sacerdote que celebra, la Misa que responda mejor a esa necesidad o utilidad.

En las ferias del tiempo durante el año, aun cuando hubiere una memoria facultativa, el sacerdote puede elegir, para utilidad espiritual de los fieles, una Misa votiva.


1. DE LA SANTÍSIMA TRINIDAD


Esta Misa se celebra con ornamentos de color blanco.

Antífona de entrada

Bendita sea la Santísima Trinidad:
Dios Padre, el Hijo Unigénito de Dios y el Espíritu Santo,
porque ha tenido misericordia con nosotros.

Oración colecta
Dios Padre,
que revelaste a los hombres tu misterio admirable
al enviar al mundo la Palabra de verdad y el Espíritu santificador;
te pedimos que, en la profesión de la fe verdadera,
podamos conocer la gloria de la eterna Trinidad
y adorar al único Dios todopoderoso.
Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo,
que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo,
y es Dios, por los siglos de los siglos.

Oración sobre las ofrendas
Señor y Padre nuestro,
por la invocación de tu Nombre,
santifica los dones que te presentamos
y conviértenos, por ellos, en ofrenda eterna.
Por Jesucristo, nuestro Señor.

Prefacio:

El misterio de la Santísima Trinidad

V. El Señor esté con ustedes
R. Y con tu espíritu.

V. Levantemos el corazón.
R. Lo tenemos levantado hacia el Señor.

V. Demos gracias al Señor, nuestro Dios.
R. Es justo y necesario.

En verdad es justo y necesario,
es nuestro deber y salvación
darte gracias siempre y en todo lugar,
Señor, Padre santo,
Dios todopoderoso y eterno:

Que con tu Hijo único y el Espíritu Santo
eres un solo Dios, un solo Señor,
no una sola Persona,
sino tres Personas distintas de una misma naturaleza.

Cuanto creemos de tu gloria, Padre,
porque tú lo revelaste,
lo afirmamos también de tu Hijo
y del Espíritu Santo,
sin diferencia alguna.

Por eso, al proclamar nuestra fe
en la verdadera y eterna Divinidad,
adoramos a tres personas distintas,
de única naturaleza e iguales en dignidad.

A ti los ángeles y arcángeles,
con todos los coros celestiales,
te alaban sin cesar:

Santo, Santo, Santo es el Señor
Dios del Universo.
Llenos están el cielo y la tierra de tu gloria.
Hosanna en el cielo.
Bendito el que viene en nombre del Señor.
Hosanna en el cielo.

Antífona de comunión     Cf. Gal 4, 6
Porque ustedes son hijos, Dios infundió en sus corazones
el Espíritu de su Hijo, que clama: Abbá, Padre.

Oración después de la comunión
Señor y Dios nuestro,
te pedimos que el sacramento recibido
y la profesión de nuestra fe en ti,
único Dios en tres personas,
sirva para nuestra salvación.
Por Jesucristo, nuestro Señor.


2. DE LA MISERICORDIA DE DIOS


Se utilizan ornamentos blancos. Esta Misa no puede celebrarse el Domingo II de Pascua

Antífona de entrada     Cf. Jer 31, 3; 1 Jn 2, 2

Con amor eterno nos amó Dios:
envió a su Hijo único como víctima de propiciación por nuestros pecados,
no sólo por los nuestros, sino también por los del mundo entero.

O bien:     Sal 88, 2
Cantaré eternamente el amor del Señor,
proclamaré tu fidelidad por todas las generaciones.

Oración colecta
Dios nuestro, tu misericordia no tiene límites
y tu bondad es un tesoro inagotable;
acrecienta la fe del pueblo consagrado a ti,
para que pueda comprender
la inestimable grandeza del amor que nos creó,
y de la sangre que nos redimió y del Espíritu que nos regeneró.
Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo,
que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo,
y es Dios, por los siglos de los siglos.

Oración sobre las ofrendas
Acepta compasivo nuestras ofrendas, Señor,
y conviértelas en sacramento de redención,
memorial de la muerte y resurrección de tu Hijo;
para que por la eficacia de este sacrificio,
con la confianza puesta en Cristo,
alcancemos la vida eterna.
Él que vive y reina por los siglos de los siglos.

Antífona de comunión     Cf. Sal 102,17
El amor del Señor permanece para siempre
y su justicia llega a los que le temen.

O bien:     Jn 19, 34
Uno de los soldados atravesó con la lanza el costado de Jesús,
y enseguida brotó sangre y agua.

Oración después de la comunión
Dios misericordioso,
alimentados con el Cuerpo y la Sangre de tu Hijo,
concédenos beber confiados en la fuente de la misericordia
y ser cada día más misericordiosos con nuestros hermanos.
Por Jesucristo, nuestro Señor.

 

3. DE NUESTRO SEÑOR JESUCRISTO,
SUMO Y ETERNO SACERDOTE


Esta Misa se celebra con ornamentos de color blanco.

Antífona de entrada     Cf. Sal 109,4

El Señor lo ha jurado y no se retractará:
Tú eres sacerdote para siempre,
según el orden de Melquisedec.

Oración colecta
Dios nuestro,
que para gloria de tu nombre y salvación del género humano
constituiste a tu único Hijo, sumo y eterno sacerdote,
concede que el pueblo adquirido con su Sangre,
por la participación en su memorial,
pueda experimentar el poder de su Cruz y de su Resurrección,
Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo,
que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo,
y es Dios, por los siglos de los siglos.

Oración sobre las ofrendas
Concédenos, Señor, participar dignamente de estos misterios
pues cada vez que celebramos el memorial de este sacrificio,
se realiza la obra de nuestra redención.
Por Jesucristo, nuestro Señor.

Prefacio de la Santísima Eucaristía.

Antífona de comunión     Cf. 1 Cor 11, 24-25
Esto es mi Cuerpo, que se entrega por ustedes.
Esta copa es la nueva alianza que se sella con mi Sangre.
Siempre que beban de ella, háganlo en memoria mía.

Oración después de la comunión
Padre y Señor nuestro, por la participación en este sacrificio,
que tu Hijo mandó celebrar en conmemoración suya,
te pedimos que nos conviertas, junto a él, en una ofrenda eterna.
Por Jesucristo, nuestro Señor.

 

4. DEL MISTERIO DE LA SANTA CRUZ


Esta Misa se celebra con ornamentos de color rojo.

Antífona de entrada     Cf. Gal 6, 14

Debemos gloriarnos en la Cruz de nuestro Señor Jesucristo:
en él está nuestra salvación, nuestra vida y nuestra resurrección;
por él hemos sido salvados y redimidos.

Oración colecta
Dios nuestro,
que has querido que tu Hijo unigénito
sufriera el tormento de la cruz
para salvar al género humano,
concédenos que,
después de haber conocido este misterio en la tierra,
podamos alcanzar en el cielo el premio de su redención.
Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo
que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo,
y es Dios, por los siglos de los siglos.

Oración sobre las ofrendas
Te pedimos, Señor, que este sacrificio
ofrecido en la cruz para borrar los pecados del mundo,
nos purifique de todas nuestras culpas.
Por Jesucristo, nuestro Señor.

Prefacio:

La victoria de la Cruz gloriosa

V. El Señor esté con ustedes
R. Y con tu espíritu.
V. Levantemos el corazón.
R. Lo tenemos levantado hacia el Señor.
V. Demos gracias al Señor, nuestro Dios.
R. Es justo y necesario.

En verdad es justo y necesario,
es nuestro deber y salvación
darte gracias siempre y en todo lugar,
Señor, Padre santo,
Dios todopoderoso y eterno,

Porque estableciste la salvación del género humano
en el madero de la cruz,
para que donde tuvo origen la muerte, allí resurgiera la vida,
y el que venció en un árbol fuera en un árbol vencido
por Jesucristo, Señor nuestro.

Por él, los ángeles alaban tu grandeza,
te adoran las dominaciones, se estremecen las potestades.
En el cielo te aclaman con alegría
las virtudes celestiales y los santos serafines.
Permítenos asociarnos a sus voces
cantando humildemente tu alabanza:

Santo, Santo, Santo es el Señor
Dios del Universo.
Llenos están el cielo y la tierra de tu gloria.
Hosanna en el cielo.
Bendito el que viene en nombre del Señor.
Hosanna en el cielo.

También puede decirse el Prefacio de la Pasión del Señor I.

Antífona de comunión     Jn 12, 32

Dice el Señor: cuando yo sea elevado sobre la tierra,
atraeré a todos hacia mí.

Oración después de la comunión
Señor Jesucristo, alimentados con tu sagrada eucaristía,
te pedimos humildemente
que lleves a la gloria de la resurrección
a los que redimiste en el madero salvador de la cruz.
Que vives y reinas por los siglos de los siglos.

 

5. DE LA SANTÍSIMA EUCARISTÍA


Esta Misa se celebra con ornamentos de color blanco.

Antífona de entrada     Cf. Sal 77, 23-25

El Señor abrió los cielos: y envió el maná sobre su pueblo;
les dio como alimento un trigo celestial.
Todos comieron un pan de ángeles.

Oración colecta
Dios nuestro, que has realizado la redención humana
por el misterio pascual de tu Hijo unigénito,
concédenos, en tu bondad,
que cuantos anunciamos con fe
la muerte y resurrección de Cristo bajo los signos sacramentales,
podamos experimentar, cada vez más, los efectos de tu salvación.
Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo,
que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo,
y es Dios, por los siglos de los siglos.

Oración sobre las ofrendas
Al celebrar el memorial de nuestra salvación,
imploramos humildemente tu clemencia, Señor,
para que este sacramento del amor
sea, para nosotros, signo de unidad y vínculo de caridad.
Por Jesucristo, nuestro Señor.

Prefacio de la santísima Eucaristía.

Antífona de comunión     Jn 6, 51
Dice el Señor: Yo soy el pan vivo bajado del cielo.
El que coma de este pan vivirá eternamente,
y el pan que yo daré es mi carne para la vida del mundo.

Oración después de la comunión
Padre y Señor nuestro,
que la participación en esta mesa celestial nos santifique
para que, por el Cuerpo y la Sangre de Cristo,
se realice en nosotros la unión fraterna.
Por Jesucristo, nuestro Señor.

También pueden utilizarse como Misa votiva de la Eucaristía la Misa de nuestro Señor Jesucristo, sumo y eterno Sacerdote; o la Misa de la solemnidad del Santísimo Cuerpo y Sangre de Cristo.

 

6. DEL SANTÍSIMO NOMBRE DE JESÚS


Esta Misa se celebra con ornamentos de color blanco.

Antífona de entrada     Flp 2, 10-11

Al nombre de Jesús toda rodilla se doble,
en el cielo, en la tierra y en los abismos;
y toda lengua proclame que Jesucristo es el Señor,
para gloria de Dios Padre.

Oración colecta
Te pedimos, Dios Padre, que quienes veneramos
el santísimo nombre de Jesús,
gozando de su dulzura en esta vida,
seamos colmados en el cielo de la eterna alegría.
Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo,
que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo,
y es Dios, por los siglos de los siglos.

Oración sobre las ofrendas
Padre todopoderoso, recibe nuestras ofrendas
que te presentamos en nombre de tu Hijo,
por cuya promesa confiamos alcanzar
cuanto pedimos por su nombre glorioso.
Por Jesucristo, nuestro Señor.

Antífona de comunión     Hech 4, 12
No existe bajo el cielo otro Nombre dado a los hombres,
por el cual podamos alcanzar la salvación.

Oración después de la comunión
Padre y Señor nuestro, por tu misericordia,
concédenos que en estos sagrados misterios
podamos venerar dignamente al Señor Jesús,
en cuyo nombre quisiste que se doblara toda rodilla
y que todos los hombres encontraran la salvación.
Él que vive y reina por los siglos de los siglos.

 

7. DE LA PRECIOSÍSIMA SANGRE
DE NUESTRO SEÑOR JESUCRISTO


Esta Misa se celebra con ornamentos de color rojo.

Antífona de entrada     Cf. Ap 5, 9-10

Nos has redimido, Señor, por medio de tu sangre,
de todas las familias, lenguas, pueblos y naciones,
y has hecho de nosotros un reino para nuestro Dios. Aleluia.

Oración colecta
Dios nuestro, que has redimido a todos los hombres
por la Sangre preciosísima de tu Hijo unigénito,
conserva en nosotros la obra de tu misericordia,
para que, recordando siempre el misterio de nuestra salvación,
merezcamos alcanzar sus frutos.
Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo,
que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo,
y es Dios, por los siglos de los siglos.

Oración sobre las ofrendas
Al ofrecerte humildemente nuestros dones,
te pedimos, Señor,
que por estos misterios vayamos al encuentro de Jesús,
Mediador de la nueva alianza,
y seamos purificados y renovados por su Sangre salvadora.
Que vive y reina por los siglos de los siglos.

Prefacio de la Pasión del Señor I.

Antífona de Comunión     Cf. 1 Cor 10, 16
El cáliz de bendición que bendecimos,
es la comunión con la Sangre de Cristo;
y el pan que partimos,
es la comunión con el Cuerpo de Cristo.

Oración después de la comunión
Alimentados con la comida y la bebida de la salvación,
te pedimos, Padre,
que seamos purificados con la Sangre de nuestro Salvador,
y ella sea, para nosotros,
el manantial que brota hasta la Vida eterna.
Por Jesucristo, nuestro Señor.

O bien:
Dios todopoderoso,
alimentados con la comida y la bebida celestial,
te pedimos que defiendas contra las asechanzas del enemigo
a quienes redimiste con la preciosa Sangre de tu Hijo.
Que vive y reina por los siglos de los siglos.

 

8. DEL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS


Esta Misa se celebra, con ornamentos de color blanco.

Antífona de entrada     Cf. Sal 32, 11.19

Los designios del corazón de Dios permanecen para siempre:
él salva a sus fieles de la muerte y los sustenta en el tiempo de indigencia.

Oración colecta
Señor y Dios nuestro,
te pedimos que nos revistas con las virtudes
del Corazón de tu Hijo
y nos enciendas con su amor,
para que configurados a imagen suya
merezcamos participar de la redención eterna.
Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo,
que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo,
y es Dios, por los siglos de los siglos.

Oración sobre las ofrendas
Dios, Padre misericordioso,
por el gran amor con que nos amaste
nos has entregado a tu Hijo único;
te pedimos que, unidos a él,
podamos ofrecerte un homenaje digno de ti.
Por Jesucristo, nuestro Señor.

Prefacio:

El inmenso amor de Cristo

V. El Señor esté con ustedes
R. Y con tu espíritu.

V. Levantemos el corazón.
R. Lo tenemos levantado hacia el Señor.

V. Demos gracias al Señor, nuestro Dios.
R. Es justo y necesario.

En verdad es justo y necesario,
es nuestro deber y salvación
darte gracias siempre y en todo lugar,
Señor, Padre santo,
Dios todopoderoso y eterno,
por Cristo, Señor Nuestro.

Él mismo, al ser elevado en la cruz,
se entregó por nosotros con amor admirable,
y de su costado herido brotó Sangre y agua,
dando así origen a los sacramentos de la Iglesia.
para que atraídos todos por el Corazón abierto del Salvador
podemos beber con alegría en la fuente de la salvación.

Por eso, unidos a los coros de los ángeles,
cantamos un himno a tu gloria, diciendo sin cesar:

Santo, Santo, Santo es el Señor
Dios del Universo.
Llenos están el cielo y la tierra de tu gloria.
Hosanna en el cielo.
Bendito el que viene en nombre del Señor.
Hosanna en el cielo.

Antífona de comunión     Jn 7, 37.38
Dice el Señor:
El que tenga sed venga a mí, y beba el que cree en mí.
De su seno brotarán manantiales de agua viva.

O bien:     Jn 19, 34
Uno de los soldados atravesó con la lanza el costado de Jesús,
y enseguida brotó sangre y agua.

Oración después de la comunión
Después de celebrar el sacramento de tu amor,
te suplicamos humildemente, Señor,
que configurados con Cristo en la tierra
merezcamos participar de su gloria en el cielo.
Por Jesucristo, nuestro Señor.

También puede celebrarse como Misa votiva la Misa de la solemnidad del Sagrado Corazón de Jesús.

 

9. DEL ESPÍRITU SANTO


Esta misa se celebra con ornamentos rojos.

A

Antífona de entrada     Rm 5, 5
El amor de Dios ha sido derramado en nuestros corazones,
por el Espíritu Santo, que nos ha sido dado.

Oración colecta
Señor Dios, que has instruido los corazones de los fieles
con la luz del Espíritu Santo,
concédenos que animados por el mismo Espíritu
podamos discernir lo que es recto
y gozar siempre de su consuelo.
Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo,
que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo,
y es Dios, por los siglos de los siglos.

Oración sobre las ofrendas
Te rogamos, Padre, que santifiques estas ofrendas
y purifiques nuestros corazones
con la luz del Espíritu Santo.
Por Jesucristo, nuestro Señor.

Prefacio del Espíritu Santo I:

El envío del Espíritu Santo a la Iglesia

V. El Señor esté con ustedes
R. Y con tu espíritu.

V.
Levantemos el corazón.
R. Lo tenemos levantado hacia el Señor.

V. Demos gracias al Señor, nuestro Dios.
R. Es justo y necesario.

En verdad es justo y necesario,
es nuestro deber y salvación,
darte gracias siempre y en todo lugar,
Señor, Padre santo,
Dios todopoderoso y eterno,
por Cristo, Señor Nuestro.

Él mismo, después de subir al cielo,
donde está sentado a tu derecha,
derramó sobre tus hijos adoptivos
el Espíritu Santo prometido.

Por eso, ahora y siempre,
con la multitud de los ángeles,
te cantamos con fervor,
aclamando y diciendo:

Santo, Santo, Santo es el Señor
Dios del Universo.
Llenos están el cielo y la tierra de tu gloria.
Hosanna en el cielo.
Bendito el que viene en nombre del Señor.
Hosanna en el cielo.

Antífona de comunión     Cf. Sal. 67,29
Confirma, Señor, lo que has obrado entre nosotros,
desde tu santo templo de Jerusalén.

Oración después de la comunión
Te pedimos, Padre, que la venida del Espíritu Santo
purifique nuestros corazones
y los penetre como fecundo rocío.
Por Jesucristo, nuestro Señor.

B

Antífona de entrada     Cf. Jn 14, 26; 15, 26
Dice el Señor: Cuando venga el Espíritu de la verdad,
él los introducirá en toda la verdad.

Oración colecta
Señor y Padre nuestro,
que el Espíritu Santo, que procede de ti,
ilumine nuestros corazones
y nos haga conocer toda la verdad,
como lo prometió Jesucristo, tu Hijo.
Que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo,
y es Dios, por los siglos de los siglos.

O bien:
Dios nuestro,
tú conoces todos nuestros pensamientos y propósitos,
y nada queda oculto a tu mirada;
purifica nuestro corazón por la efusión del Espíritu,
para que podamos amarte de verdad y alabarte dignamente.
Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo,
que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo,
y es Dios, por los siglos de los siglos.

Oración sobre las ofrendas
Te pedimos que mires la ofrenda espiritual
que devotamente presenta la Iglesia ante tu altar, Señor;
y concedas a tus hijos un espíritu recto
para que su fe acompañe estos dones
y su humildad los recomiende.
Por Jesucristo, nuestro Señor.

Prefacio del Espíritu Santo II:

La acción del Espíritu Santo en la Iglesia

V. El Señor esté con ustedes
R. Y con tu espíritu.
V. Levantemos el corazón.
R. Lo tenemos levantado hacia el Señor.
V. Demos gracias al Señor, nuestro Dios.
R. Es justo y necesario.

En verdad es justo y necesario,
es nuestro deber y salvación,
darte gracias siempre y en todo lugar,
Señor, Padre santo,
Dios todopoderoso y eterno.

Tú nos concedes
lo que más conviene en cada momento
y diriges sabiamente a tu Iglesia
asistiéndola siempre con la fuerza del Espíritu Santo;
para que, con un corazón siempre dócil a tu voluntad,
no abandone la súplica en las dificultades,
ni la acción de gracias en las alegrías,
por Cristo, Señor nuestro.

Por eso, unidos a los ángeles,
te alabamos, cantando con alegría:

Santo, Santo, Santo es el Señor
Dios del Universo.
Llenos están el cielo y la tierra de tu gloria.
Hosanna en el cielo.
Bendito el que viene en nombre del Señor.
Hosanna en el cielo.

Antífona de comunión     Cf. Jn 15, 26; 16, 14
Dice el Señor: el Espíritu que proviene del Padre,
él me glorificará.

Oración después de la comunión
Señor y Dios nuestro,
derrama la suavidad de tu Espíritu
hasta lo más íntimo de nuestro corazón,
para que este sacramento, con el que fuimos alimentados,
sea para nosotros don de salvación eterna.
Por Jesucristo, nuestro Señor.

C

Antífona de entrada     Cf. Lc 4, 18
Dice el Señor: El Espíritu del Señor está sobre mí,
él me envió a llevar la buena noticia a los pobres

Oración colecta
Dios nuestro, que santificas a tu Iglesia
extendida por todos los pueblos y naciones;
derrama sobre toda la tierra los dones del Espíritu Santo
e infunde en el corazón de tus fieles
las maravillas que obraste
en los comienzos de la predicación evangélica.
Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo,
que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo,
y es Dios, por los siglos de los siglos.

O bien:
Padre nuestro, que nos guías y proteges con tu Espíritu,
muéstranos tu misericordia
y escucha a quienes te invocan,
para que la fe de los creyentes
se afiance gracias a tu Providencia.
Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo,
que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo,
y es Dios, por los siglos de los siglos.

Oración sobre las ofrendas
Te pedimos, Padre, que estos dones ofrecidos
sean santificados por el fuego del Espíritu Santo,
que encendió los corazones de los discípulos de tu Hijo.
Que vive y reina por los siglos de los siglos.

Prefacio del Espíritu Santo I o II.

Antífona de comunión     Cf. Sal 103, 30
Señor, envía tu Espíritu
y renueva toda la tierra.

Oración después de la comunión
Señor Dios, que esta eucaristía
nos alcance el fervor del Espíritu,
que infundiste en el corazón de los Apóstoles.
Por Jesucristo, nuestro Señor.

 

10. DE SANTA MARÍA VIRGEN


Esta Misa se celebra con ornamentos de color blanco.

A

Se toma la Misa del Común de la Virgen María, según los distintos tiempos litúrgicos del año.

B
De Santa María, Madre de la Iglesia


Antífona de entrada     Hech 1, 14

Los discípulos, íntimamente unidos,
se dedicaban a la oración en compañía de María, la Madre de Jesús.

Oración colecta
Dios, Padre de misericordia,
cuyo Hijo, clavado en la cruz,
nos entregó a su Madre,
santa María Virgen, como Madre nuestra;
por su intercesión, concédenos
que tu Iglesia sea cada día más fecunda,
se alegre por la santidad de sus hijos
y congregue en su seno a todos los pueblos.
Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo,
que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo,
y es Dios, por los siglos de los siglos.

Oración sobre las ofrendas
Acepta, Señor, nuestros dones
y conviértelos en el sacramento de la salvación,
para que nos enciendan
en el amor de la Virgen María, Madre de la Iglesia,
y merezcamos ser asociados, con ella,
más íntimamente a la obra de la redención.
Por Jesucristo, nuestro Señor.

Prefacio:

María, modelo y Madre de la Iglesia

V. El Señor esté con ustedes
R. Y con tu espíritu.

V. Levantemos el corazón.
R. Lo tenemos levantado hacia el Señor.

V. Demos gracias al Señor, nuestro Dios.
R. Es justo y necesario.

En verdad es justo y necesario,
es nuestro deber y salvación,
darte gracias siempre y en todo lugar,
Señor, Padre santo,
Dios todopoderoso y eterno,
y glorificarte como es debido
en esta celebración de la Virgen María.

Ella, al aceptar tu Palabra con su corazón inmaculado,
mereció concebirla en su seno virginal
y, al dar a luz a su propio Creador,
preparó el nacimiento de la Iglesia.

Ella, aceptando junto a la cruz el testamento del amor divino,
adoptó como hijos
a todos los hombres nacidos a la vida sobrenatural
por la muerte de Cristo.

Ella, unida a los Apóstoles
en espera del Espíritu Santo prometido,
asoció su oración a la de los discípulos
y se convirtió en modelo de la Iglesia orante.

Elevada a la gloria de los cielos,
acompaña a la Iglesia peregrina con amor maternal,
y con bondad protege sus pasos hacia la patria del cielo,
hasta que llegue el día glorioso del Señor.

Por eso, con todos los ángeles y santos,
te alabamos, cantando sin cesar:

Santo, Santo, Santo es el Señor
Dios del Universo.
Llenos están el cielo y la tierra de tu gloria.
Hosanna en el cielo.
Bendito el que viene en nombre del Señor.
Hosanna en el cielo.

Antífona de comunión     Cf. Jn 2, 1.11
Se celebraron unas bodas en Caná de Galilea,
y la Madre de Jesús estaba allí.
Este fue el primero de los signos de Jesús.
Así manifestó su gloria y sus discípulos creyeron en él.

O bien:     Cf. Jn 19, 26-27
Mientras estaba en la cruz,
dijo Jesús al discípulo a quien él amaba:
Aquí tienes a tu madre.

Oración después de la comunión
Padre misericordioso,
hemos recibido el anticipo de la redención y de la vida;
te pedimos humildemente que tu Iglesia,
por la intervención materna de la Virgen María,
ilumine a las naciones con el anuncio del Evangelio
y colme el mundo entero con la efusión del Espíritu
Por Jesucristo, nuestro Señor.

C
Del santísimo nombre de María


Antífona de entrada     Cf. Jdt 13, 18.19

El Señor, el Dios altísimo, te ha bendecido a ti, Virgen María,
más que a todas las mujeres de la tierra.
Él ha engrandecido tanto tu nombre,
que los hombres no dejarán de alabarte.

Oración colecta
Dios nuestro, que elegiste de entre todas las mujeres
a la santísima Virgen María, llena de gracia,
para que fuera la Madre de tu Hijo, nuestro Redentor,
concédenos que al venerar su santo nombre
nos apartemos de los peligros de este mundo
y participemos, con ella, de la vida eterna.
Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo,
que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo,
y es Dios, por los siglos de los siglos.

O bien:
Dios nuestro, cuyo Hijo al expirar en la cruz,
quiso que su Madre, la santísima Virgen María,
fuese nuestra Madre;
concédenos que al acudir a su protección
seamos fortalecidos por la invocación de su nombre.
Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo,
que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo,
y es Dios, por los siglos de los siglos.

Oración sobre las ofrendas
Dirige tu mirada sobre los dones que te presentamos, Señor,
y haz que nuestros corazones, iluminados por el Espíritu Santo,
por la intercesión de santa María, siempre Virgen,
se unan firmemente a Cristo, tu Hijo.
Que vive y reina por los siglos de los siglos.

Prefacio de la santísima Virgen María I-V

Antífona de comunión     Cf. Lc 1, 26-27
El ángel Gabriel fue enviado a una virgen.
El nombre de la virgen era María.

Oración después de la comunión
Concédenos, Padrenuestro, a quienes has alimentado
en la mesa de la palabra y de la eucaristía
bajo la guía y protección de la Virgen María,
rechazar lo que es indigno del nombre de cristiano
y cumplir cuanto en él se significa,
Por Jesucristo, nuestro Señor.

D
Santa María, Reina de los Apóstoles

Antífona de entrada     Cf. Hech 1, 14
Los discípulos, íntimamente unidos,
se dedicaban a la oración en compañía de María, la Madre de Jesús,

Oración colecta
Dios todopoderoso,
que derramaste el Espíritu Santo sobre los apóstoles
reunidos en oración con María, la Madre de Jesús,
concédenos, por su intercesión,
entregarnos fielmente a tu servicio
y proclamar la gloria de tu nombre
con la palabra y las obras.
Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo,
que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo,
y es Dios, por los siglos de los siglos.

Oración sobre las ofrendas
Padre nuestro, muéstrate favorable con nosotros
y haz que, por la intercesión de la santísima Virgen María,
nuestra ofrenda contribuya al crecimiento de tu Iglesia
y haga resplandecer en ella la santidad.
Por Jesucristo, nuestro Señor.

Prefacio de la santísima Virgen María I - IV.

Antífona de comunión     Cf. Lc 11, 27-28
Feliz el seno que llevó a Cristo Jesús.
Felices más bien los que escuchan la Palabra de Dios
y la practican.

Oración después de la comunión
Por este sacramento de salvación recibido en la conmemoración
de la Virgen María, Reina de los Apóstoles,
te pedimos, Padre, que tu pueblo alcance la vida eterna,
perseverando en tu amor y en el servicio a los hombres,
Por Jesucristo, nuestro Señor.

 

11. DE LOS SANTOS ÁNGELES


Esta Misa se celebra con ornamentos blancos.

Antífona de entrada     Sal 102, 20

Bendigan al Señor, todos sus ángeles,
los fuertes guerreros que cumplen sus órdenes
apenas oyen la voz de su palabra.

Oración colecta
Señor Dios, que ordenas admirablemente
los oficios de los ángeles y de los hombres,
te pedimos que nos protejan siempre en la tierra
aquellos que te asisten continuamente en el cielo.
Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo,
que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo,
y es Dios, por los siglos de los siglos.

Oración sobre las ofrendas
Te ofrecemos, Señor, este sacrificio de alabanza
llevado a tu presencia por manos de los ángeles,
y te pedimos que lo recibas con bondad
y sirva para nuestra salvación.
Por Jesucristo, nuestro Señor.

Prefacio:

La gloria de Dios manifestada por los Ángeles

V. El Señor esté con ustedes
R. Y con tu espíritu.

V. Levantemos el corazón.
R. Lo tenemos levantado hacia el Señor.

V. Demos gracias al Señor, nuestro Dios.
R. Es justo y necesario.

En verdad es justo y necesario,
es nuestro deber y salvación,
darte gracias siempre y en todo lugar,
Señor, Padre santo,
Dios todopoderoso y eterno.

Y proclamar siempre tu alabanza por los ángeles y arcángeles,
porque el honor que ellos te tributan
manifiestan tu grandeza y tu gloria
y, por grande que sea su esplendor,
tú demuestras cuán inmenso eres,
y que has de ser honrado por encima de cualquier creatura,
por Jesucristo, Señor nuestro.

Por él, te alaba la multitud de los ángeles
y nosotros nos unimos a ellos
para adorarte alegremente
y cantar a una sola voz:

Santo, Santo, Santo es el Señor
Dios del Universo.
Llenos están el cielo y la tierra de tu gloria.
Hosanna en el cielo.
Bendito el que viene en nombre del Señor.
Hosanna en el cielo.

Antífona de comunión     Sal 137, 1
Te cantaré en presencia de los ángeles, Dios mío.

Oración después de la comunión
Renovados con el pan celestial,
te rogamos, Padre, que fortalecidos por su eficacia,
avancemos seguros por el camino de la salvación
bajo la fiel custodia de tus ángeles.
Por Jesucristo, nuestro Señor.

También se puede utilizar como Misa votiva la Misa de los santos Ángeles Custodios, del 2 de Octubre.

 

12. DE SAN JUAN BAUTISTA


Esta Misa se celebra con ornamentos blancos

Antífona de entrada     Lc 1, 15.14

Él será grande a los ojos del Señor,
y estará lleno del Espíritu Santo desde el seno de su madre,
y muchos se alegrarán de su nacimiento.

Oración colecta
Dios todopoderoso, concede que tu familia
progrese en el camino de la salvación,
para que siguiendo la voz de san Juan, el Precursor,
pueda llegar con seguridad
al Salvador anunciado, Jesucristo nuestro Señor.
Que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo
y es Dios, por los siglos de los siglos.

Oración sobre las ofrendas
Mira con bondad, Señor,
las ofrendas de tu pueblo,
que te presentamos en la conmemoración de san Juan Bautista,
y concédenos que cuanto celebramos en el misterio,
lo realicemos con una vida dedicada a tu servicio.
Por Jesucristo, nuestro Señor.

Prefacio:

La misión del Precursor

V. El Señor esté con ustedes
R. Y con tu espíritu.

V. Levantemos el corazón.
R. Lo tenemos levantado hacia el Señor.

V. Demos gracias al Señor, nuestro Dios.
R. Es justo y necesario.

En verdad es justo y necesario,
es nuestro deber y salvación
darte gracias siempre y en todo lugar,
Señor, Padre santo,
Dios todopoderoso y eterno,
por Cristo, Señor Nuestro.

Alabamos tu grandeza manifestada en san Juan Bautista,
el precursor de tu Hijo,
y el mayor de los nacidos de mujer.

Antes de nacer, saltó de alegría en el vientre de su madre
al sentir la proximidad del Salvador,
y fue el único profeta
que señaló al Cordero que quita el pecado del mundo.

Él bautizó en el río Jordán al mismo autor del bautismo,
para que el agua viva santificara a todos los hombres,
y mereció dar el supremo testimonio de Cristo,
derramando su sangre por Él.

Por eso, unidos a los ángeles en el cielo,
cantamos en la tierra un himno a tu gloria,
diciendo sin cesar:

Santo, Santo, Santo es el Señor
Dios del Universo.
Llenos están el cielo y la tierra de tu gloria.
Hosanna en el cielo.
Bendito el que viene en nombre del Señor.
Hosanna en el cielo.

Antífona de comunión     Lc 1, 68
Bendito sea el Señor, Dios de Israel,
porque ha visitado y redimido a su pueblo.

Oración después de la comunión
Padre y Señor nuestro,
que la poderosa intercesión de san Juan Bautista
acompañe siempre a quienes has alimentado con el pan del cielo,
e interceda por nosotros ante tu Hijo,
que él anunció como el Cordero que quita el pecado del mundo.
Que vive y reina por los siglos de los siglos.

 

13. DE SAN JOSÉ


Esta Misa se celebra con ornamentos de color blanco.

Antífona de entrada     Cf. Lc 12, 42

Éste es el servidor fiel y prudente,
a quien el Señor ha puesto al frente de su familia.

Oración colecta
Dios todopoderoso,
que en tu admirable providencia elegiste a san José
para que fuera el esposo de la santísima Madre de tu Hijo;
concédenos como intercesor en el cielo
a quien veneramos como protector en la tierra.
Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo,
que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo,
y es Dios, por los siglos de los siglos.

Oración sobre las ofrendas
Padre santo, te ofrecemos el sacrificio de alabanza
y te suplicamos crecer en la fidelidad a nuestro servicio,
por la intercesión de san José,
a quien confiaste el cuidado paternal de tu Hijo único.
Que vive y reina por los siglos de los siglos.

Prefacio:

La misión de San José

V. El Señor esté con ustedes
R. Y con tu espíritu.

V. Levantemos el corazón.
R. Lo tenemos levantado hacia el Señor.

V. Demos gracias al Señor, nuestro Dios.
R. Es justo y necesario.

En verdad es justo y necesario,
es nuestro deber y salvación
darte gracias siempre y en todo lugar,
Señor, Padre santo,
Dios todopoderoso y eterno.

Y alabar, bendecir y proclamar tu gloria
en la veneración de san José.

Porque él es el hombre justo que diste por esposo
a la Virgen Madre de Dios;
el servidor fiel y prudente
que pusiste al frente de tu familia
para que, haciendo las veces de padre,
cuidara a tu único Hijo,
concebido por obra del Espíritu Santo,
Jesucristo, Señor nuestro.

Por él, los ángeles celebran tu gloria,
te adoran las dominaciones, se estremecen las potestades.
Te aclaman con alegría las virtudes del cielo y los santos serafines.
Permítenos asociarnos a sus voces,
cantando humildemente tu alabanza:

Santo, Santo, Santo es el Señor
Dios del Universo.
Llenos están el cielo y la tierra de tu gloria.
Hosanna en el cielo.
Bendito el que viene en nombre del Señor.
Hosanna en el cielo.

Antífona de comunión     Mt 25, 21
Servidor bueno y fiel, entra a participar del gozo de tu Señor.

Oración después de la comunión
Después de habernos renovado con el sacramento de la Vida,
concédenos, Padre, vivir siempre en santidad y justicia,
por la intercesión y a ejemplo de san José,
el hombre justo y obediente que te sirvió con fidelidad,
para que pudiera cumplirse tu designio santo.
Por Jesucristo, nuestro Señor.

Según las circunstancias, también puede decirse la Misa de la solemnidad, el 19 de marzo; o la de san José trabajador, del 1 de Mayo.

 

14. DE TODOS LOS SANTOS APÓSTOLES


Esta Misa se celebra con ornamentos de color rojo.

Antífona de entrada     Jn 15, 16

Dice el Señor: No son ustedes los que me eligieron a mí,
sino yo el que los elegí a ustedes,
y los destiné para que vayan y den fruto y ese fruto sea duradero.

Oración colecta
Te pedimos, Dios nuestro, que tu Iglesia se alegre
de celebrar a los santos Apóstoles,
y que goce siempre de su guía y de su protección,
como disfruta de sus enseñanzas y de sus méritos.
Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo,
que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo,
y es Dios, por los siglos de los siglos.

Oración sobre las ofrendas
Señor, infunde en nosotros tu Espíritu Santo
que con abundancia derramaste sobre los Apóstoles,
para que conozcamos los dones que, por ellos, nos entregaste
y te ofrezcamos dignamente este sacrificio de alabanza.
Por Jesucristo, nuestro Señor.

Prefacio de los Apóstoles.

Antífona de comunión     Cf. Mt 19, 28
Dice el Señor: Ustedes que me han seguido,
también se sentarán en doce tronos,
para juzgar a las doce tribus de Israel.

Oración después de la comunión
Concédenos, Dios nuestro,
perseverar con alegría y sencillez de corazón
en la doctrina de los Apóstoles,
en la fracción del pan y en la plegaria común.
Por Jesucristo, nuestro Señor.

 

15. DE LOS SANTOS APÓSTOLES PEDRO Y PABLO


Esta misa se celebra con ornamentos de color rojo.

Antífona de entrada

San Pedro apóstol y San Pablo, maestro de los gentiles,
nos enseñaron tu ley, Señor.

Oración colecta
Concédenos, Señor Dios nuestro,
que nos ayude la intercesión
de los apóstoles san Pedro y san Pablo,
por quienes diste a tu Iglesia las primicias de la obra salvadora
y, por ellos, otórganos el auxilio para alcanzar la salvación eterna.
Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo,
que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo,
y es Dios, por los siglos de los siglos.

Oración sobre las ofrendas
Presentamos en tu altar estas ofrendas, Señor,
en la conmemoración de los apóstoles san Pedro y san Pablo,
y ya que no podemos confiar en nuestros propios méritos
concédenos la alegría de ser salvados
sólo por tu misericordia.
Por Jesucristo, Nuestro Señor.

Prefacio:

La doble misión de Pedro y Pablo en la Iglesia

V. El Señor esté con ustedes
R. Y con tu espíritu.

V. Levantemos el corazón.
R. Lo tenemos levantado hacia el Señor.

V. Demos gracias al Señor, nuestro Dios.
R. Es justo y necesario.

En verdad es justo y necesario,
es nuestro deber y salvación
darte gracias siempre y en todo lugar,
Señor, Padre santo,
Dios todopoderoso y eterno.

Porque en los Apóstoles san Pedro y san Pablo
nos das un motivo de gran alegría:
Pedro fue el primero en confesar la fe,
Pablo, el insigne maestro que la interpretó;
aquél formó la primera Iglesia con el resto de Israel,
éste la extendió entre los paganos llamados a la fe.

Ambos congregaron, por diversos caminos,
a la única familia de Cristo
y, coronados por un mismo martirio,
son igualmente venerados por tu pueblo.

Por eso, con los santos y los ángeles,
te albamos, diciendo sin cesar:

Santo, Santo, Santo es el Señor
Dios del Universo.
Llenos están el cielo y la tierra de tu gloria.
Hosanna en el cielo.
Bendito el que viene en nombre del Señor.
Hosanna en el cielo.

Antífona de comunión     Cf. Jn 21, 15.17
Simón, hijo de Juan, ¿me amas más que éstos?
Señor, tú lo sabes todo, tú sabes que te quiero.

Oración después de la comunión
Te pedimos, Padre,
que por estos sacramentos celestiales
fortalezcas a tus fieles,
a quienes iluminaste con las enseñanzas de los Apóstoles.
Por Jesucristo, nuestro Señor.

16. DE SAN PEDRO, APÓSTOL


Esta Misa se celebra con ornamentos rojos.

Antífona de entrada     Lc 22, 32

El Señor dijo a Pedro:
Yo he rogado por ti, para que no te falte la fe.
Y tú, después que hayas vuelto, confirma tus hermanos.

Oración colecta
Dios  nuestro, que entregaste al apóstol san Pedro
las llaves del Reino de los cielos,
confiándole el poder de atar y desatar;
concédenos, por su intercesión y auxilio,
que nos veamos siempre libres de las ataduras del pecado.
Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo,
que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo,
y es Dios, por los siglos de los siglos.

Oración sobre las ofrendas
Recibe el sacrificio de tu pueblo, Señor,
que te ofrecemos en la conmemoración del apóstol san Pedro,
quien, por tu gracia, te confesó a ti, Dios vivo, y a tu Hijo
y con su glorioso martirio dio testimonio de su Maestro.
Por Jesucristo, nuestro Señor.

Prefacio de los Apóstoles I.

Antífona de comunión     Cf. Mt 16, 16.18
Pedro dijo a Jesús: Tú eres el Mesías, el Hijo de Dios vivo.
Jesús le respondió: Tú eres Pedro,
y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia.

Oración después de la comunión
Admitidos al banquete del Salvador
en la conmemoración del apóstol san Pedro,
te pedimos, Padre, la gracia de permanecer siempre unidos a tu Hijo,
el único que tiene palabras de Vida eterna,
para que, como ovejas fieles de tu rebaño,
seamos conducidos felizmente a las praderas eternas.
Por Jesucristo, nuestro Señor.

17. DE SAN PABLO, APÓSTOL


Esta misa se celebra con ornamentos de color rojo.

Antífona de entrada     2Tim 1, 12; 4, 8

Sé en quién he puesto mi confianza,
y estoy convencido de que el Señor, como justo juez,
es capaz de conservar hasta aquel día el bien que me ha encomendado.

Oración colecta
Señor Dios, que elegiste al apóstol san Pablo
para predicar el Evangelio;
haz que la fe que él proclamó ante las naciones
llegue al mundo entero,
para que tu Iglesia crezca sin cesar.
Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo,
que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo,
y es Dios, por los siglos de los siglos.

Oración sobre las ofrendas
Al celebrar estos divinos misterios,
te pedimos, Señor, que el Espíritu infunda en nosotros
aquella luz de la fe que iluminó al apóstol san Pablo
y lo impulsó a la propagación de tu gloria.
Por Jesucristo, nuestro Señor.

Prefacio de los Apóstoles I.

Antífona de comunión     Cf. Gal. 2, 20
Vivo en la fe en el Hijo de Dios,
que me amó y se entregó por mí.

Oración después de la comunión
Alimentados con el Cuerpo y la Sangre de tu Hijo,
te pedimos, Padre, que Cristo mismo sea nuestra vida
nada nos aparte de su amor,
y fieles a las enseñanzas del Apóstol
vivamos siempre en caridad con los hermanos.
Por Jesucristo, nuestro Señor.

18. DE UN SANTO APÓSTOL


Se dice, con ornamentos de color rojo, la misa de su festividad. Si en esa Misa se celebran juntamente dos apóstoles y los textos no concuerdan con el apóstol que se quiere celebrar, se dice la siguiente Misa, con ornamentos rojos.

Antífona de entrada     Cf. Sal 95, 2-3

Proclamen, día tras día, la salvación de Dios;
anuncien su gloria entre los pueblos.

Oración colecta
Padre, fortalece en nosotros la fe,
por la cual el apóstol san N.
se unió profundamente a tu Hijo,
y concédenos, por sus ruegos,
que tu Iglesia sea sacramento de salvación para todos los pueblos.
Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo
que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo,
y es Dios, por los siglos de los siglos.

Oración sobre las ofrendas
Te ofrecemos estos dones, Señor,
en la conmemoración del apóstol san N.,
y te pedimos que, viviendo de acuerdo con el Evangelio de Cristo,
colaboremos en la tarea de anunciar la fe.
Por Jesucristo, nuestro Señor.

Prefacio de los Apóstoles II.

Antífona de comunión     Lc 22, 29-30
Dice el Señor: Yo les confiero la realeza
como mi Padre me la confirió a mí; en mi reino,
ustedes comerán y beberán en mi mesa.

Oración después de la comunión
Hemos recibido, Padre, el anticipo de la salvación eterna,
en la celebración de la fiesta del apóstol san N.;
te pedimos que esta comunión
sea nuestro auxilio en la vida presente
y garantía de la vida futura.
Por Jesucristo, nuestro Señor.

19. DE TODOS LOS SANTOS


Esta misa se celebra con ornamentos de color blancos.

Antífona de entrada

Gozan en el cielo los santos que siguieron los pasos de Cristo;
por eso se alegran con él para siempre.

Oración colecta
Dios, fuente de toda santidad,
por intercesión de tus santos,
a quienes diste carismas diversos en la tierra
y una misma recompensa en el cielo,
concédenos la gracia de vivir fielmente nuestra propia vocación,
Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo,
que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo,
y es Dios, por los siglos de los siglos.

Oración sobre las ofrendas
Recibe con agrado, Señor, las ofrendas
que te presentamos en honor de todos tus santos,
y concédenos experimentar
la fraterna solicitud por nuestra salvación
de aquellos que ya han alcanzado la felicidad eterna.
Por Jesucristo, nuestro Señor.

Prefacio de los Santos I ó II.

Antífona de comunión     Mt 5, 8-10
Felices los que tienen el corazón puro, porque verán a Dios.
Felices los que trabajan por la paz, porque serán llamados hijos de Dios.
Felices los que son perseguidos por practicar la justicia,
porque a ellos les pertenece el Reino de los cielos.

Oración después de la comunión
Dios nuestro, que nos alimentas con un único Pan
y nos sostienes con una única esperanza,
fortalécenos con tu gracia
para que, con todos tus Santos,
formando en Cristo un solo cuerpo y un solo espíritu,
resucitemos con él a la gloria.
Que vive y reina por los siglos de los siglos.