Lecturas de la decimocuarta semana durante el año
Año par
Lunes - Martes - Miércoles -
Jueves - Viernes - Sábado
Lunes
Lavaos, apartad de mi vista
la maldad de vuestras acciones
Lectura del libro del profeta Isaías
1, 10-17
¡Escuchen la palabra del Señor, jefes de Sodoma! ¡Presten atención a la
instrucción de nuestro Dios, pueblo de Gomorra!
¿Qué me importa la multitud de sus sacrificios? -dice el Señor-. Estoy harto de
holocaustos de carneros y de la grasa de animales cebados;
no quiero más sangre de toros, corderos y chivos. Cuando ustedes vienen a ver mi
rostro, ¿quién les ha pedido que pisen mis atrios?
No me sigan trayendo vanas ofrendas; el incienso es para mí una abominación.
Luna nueva, sábado, convocación a la asamblea...¡no puedo aguantar la falsedad y
la fiesta! Sus lunas nuevas y solemnidades las detesto con toda mi alma; se han
vuelto para mí una carga que estoy cansado de soportar.
Cuando extienden sus manos, yo cierro los ojos; por más que multipliquen las
plegarias, yo no escucho: ¡las manos de ustedes están llenas de sangre!
¡Lávense, purifíquense, aparten de mi vista la maldad de sus acciones! ¡Cesen de
hacer el mal, aprendan a hacer el bien! ¡Busquen el derecho, socorran al
oprimido, hagan justicia al huérfano, defiendan a la viuda!
Palabra de Dios.
SALMO Sal 49, 8-9. 16b-17. 21 y 23 (R.: 23b)
R. Al que va por el buen camino,
le haré gustar la salvación de Dios.
No te acuso por tus sacrificios:
¡tus holocaustos están siempre en mi presencia!
Pero yo no necesito los novillos de tu casa
ni los cabritos de tus corrales. R.
¿Cómo te atreves a pregonar mis mandamientos
y a mencionar mi alianza con tu boca,
tú, que aborreces toda enseñanza
y te despreocupas de mis palabras? R.
Haces esto, ¿y yo me voy a callar?
¿Piensas acaso que soy como tú?
Te acusaré y te argüiré cara a cara.
El que ofrece sacrificios de alabanza,
me honra de verdad;
y al que va por el buen camino,
le haré gustar la salvación de Dios. R.
ALELUIA Mt 5, 10
Aleluia.
Felices los que son perseguidos
por practicar la justicia,
porque a ellos les pertenece
el Reino de los Cielos.
Aleluia.
EVANGELIO
No vine a traer la paz, sino la espada
+ Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Mateo
10, 34-11, 1
Jesús dijo a sus apóstoles:
«No piensen que he venido a traer la paz sobre la tierra. No vine a traer la
paz, sino la espada. Porque he venido a enfrentar al hijo con su padre, a la
hija con su madre y a la nuera con su suegra; y así, el hombre tendrá como
enemigos a los de su propia casa.
El que ama a su padre o a su madre más que a mí, no es digno de mí; y el que ama
a su hijo o a su hija más que a mí, no es digno de mí. El que no toma su cruz y
me sigue, no es digno de mí. El que encuentre su vida, la perderá; y el que
pierda su vida por mí, la encontrará.
El que los recibe a ustedes, me recibe a mí; y el que me recibe, recibe a aquel
que me envió.
El que recibe a un profeta por ser profeta, tendrá la recompensa de un profeta;
y el que recibe a un justo por ser justo, tendrá la recompensa de un justo.
Les aseguro que cualquiera que dé de beber, aunque sólo sea un vaso de agua
fresca, a uno de estos pequeños por ser mi discípulo, no quedará sin
recompensa.»
Cuando Jesús terminó de dar estas instrucciones a sus doce discípulos, partió de
allí, para enseñar y predicar en las ciudades de la región.
Palabra del Señor.
Si no creéis, no subsistiréis
Lectura del libro del profeta Isaías
7, 1-9
En tiempos de Ajaz, hijo de Jotám, hijo de Ozías, rey de Judá, Resín, rey de
Arám, y Pécaj, hijo de Remalías, rey de Israel, subieron contra Jerusalén para
atacarla, pero no la pudieron expugnar. Cuando se informó a la casa de David:
«Arám está acampado en Efraím», se estremeció su corazón y el corazón de su
pueblo, como se estremecen por el viento los árboles del bosque.
El Señor dijo a Isaías: «Ve al encuentro de Ajaz, tú y tu hijo Sear Iasub, al
extremo del canal del estanque superior, sobre la senda del campo del Tintorero.
Tú le dirás: Manténte alerta y no pierdas la calma; no temas, y que tu corazón
no se intimide ante esos dos cabos de tizones humeantes, ante el furor de Resín
de Arám y del hijo de Remalías. Porque Arám, Efraím y el hijo de Remalías se han
confabulado contra ti, diciendo: "Subamos contra Judá, hagamos cundir el pánico,
sometámosla y pongamos allí como rey al hijo de Tabel." Pero así habla el Señor:
Eso no se realizará, eso no sucederá. Porque la cabeza de Arám es Damasco, y la
cabeza de Damasco, Resín; la cabeza de Efraím es Samaría, y la cabeza de
Samaría, el hijo de Remalías. -Dentro de sesenta y cinco años, Efraím será
destrozado, y no será más un pueblo-. Si ustedes no creen, no subsistirán.»
Palabra de Dios.
SALMO Sal 47, 2-8 (R.: 9d)
R. Dios afianzó para siempre su Ciudad.
El Señor es grande y digno de alabanza,
en la Ciudad de nuestro Dios.
Su santa Montaña, la altura más hermosa,
es la alegría de toda la tierra. R.
La Montaña de Sión, la Morada de Dios,
es la Ciudad del gran Rey:
el Señor se manifestó como un baluarte
en medio de sus palacios. R.
Porque los reyes se aliaron
y avanzaron unidos contra ella;
pero apenas la vieron quedaron pasmados
y huyeron despavoridos. R.
Allí se apoderó de ellos el terror
y dolores como los del parto,
como cuando el viento del desierto
destroza las naves de Tarsis. R.
ALELUIA Cf. Sal 94, 7d, 8a
Aleluia.
No endurezcan su corazón,
sino escuchen la voz del Señor.
Aleluia.
EVANGELIO
En el día del juicio, Tiro, Sidón y la tierra de Sodoma
serán tratadas menos rigurosamente que vosotras
+ Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Mateo
11, 20-24
Jesús comenzó a recriminar a aquellas ciudades donde había realizado más
milagros, porque no se habían convertido. «¡Ay de ti, Corozaín! ¡Ay de ti,
Betsaida! Porque si los milagros realizados entre ustedes se hubieran hecho en
Tiro y en Sidón, hace tiempo que se habrían convertido, poniéndose cilicio y
cubriéndose con ceniza. Yo les aseguro que, en el día del Juicio, Tiro y Sidón
serán tratadas menos rigurosamente que ustedes. Y tú, Cafarnaúm, ¿acaso crees
que serás elevada hasta el cielo? No, serás precipitada hasta el infierno.
Porque si los milagros realizados en ti se hubieran hecho en Sodoma, esa ciudad
aún existiría. Yo les aseguro que, en el día del Juicio, la tierra de Sodoma
será tratada menos rigurosamente que tú.»
Palabra del Señor.
¿Se gloría el hacha contra el leñador?
Lectura del libro del profeta Isaías
10, 5-7. 13-16
Así habla el Señor:
«¡Ay de Asiria! El es el bastón de mi ira y la vara de mi furor está en su mano.
Yo lo envío contra una nación impía, lo mando contra un pueblo que provocó mi
furor, para saquear los despojos y arrebatar el botín, y pisotearlo como al
barro de las calles. Pero él no lo entiende así, no es eso lo que se propone: él
no piensa más que en destruir y en barrer una nación tras otra.»
Porque el ha dicho: «Yo he obrado con la fuerza de mi mano, y con mi sabiduría,
porque soy inteligente. He desplazado las fronteras de los pueblos y he saqueado
sus reservas: como un héroe, he derribado a los que se sientan en tronos. Mi
mano tomó como un nido las riquezas de los pueblos; como se juntan huevos
abandonados, así he depredado toda la tierra, y no hubo nadie que batiera las
alas o abriera el pico para piar.» ¿Se gloría el hacha contra el leñador? ¿Se
envanece la sierra contra el que la maneja? ¡Como si el bastón manejara al que
lo empuña y el palo levantara al que no es un leño!
Por eso el Señor de los ejércitos hará que la enfermedad consuma su vigor y
dentro de su carne hará arder una fiebre, como el ardor del fuego.
Palabra de Dios.
SALMO Sal 93, 5-6. 7-8. 9-10. 14-15 (R.: 14a)
R. El Señor no abandona a su pueblo.
Los malvados pisotean a tu pueblo, Señor,
y oprimen a tu herencia;
matan a la viuda y al extranjero,
asesinan a los huérfanos. R.
Y exclaman: «El Señor no lo ve,
no se da cuenta el Dios de Jacob.»
¡Entiendan, los más necios del pueblo!
y ustedes, insensatos, ¿cuándo recapacitarán? R.
El que hizo el oído, ¿no va a escuchar?
El que formó los ojos, ¿será incapaz de ver?
¿Dejará de castigar el que educa a las naciones
y da a los hombres el conocimiento? R.
Porque el Señor no abandona a su pueblo
ni deja desamparada a su herencia:
la justicia volverá a los tribunales
y los rectos de corazón la seguirán. R.
ALELUIA Cf. Mt 11, 25
Aleluia.
Bendito eres, Padre, Señor del cielo y de la tierra,
porque revelaste los misterios del Reino a los pequeños.
Aleluia.
EVANGELIO
Has ocultado estas cosas a los sabios
y se las has revelado a los pequeños
+ Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Mateo
11, 25-27
Jesús dijo:
«Te alabo, Padre, Señor del cielo y de la tierra, por haber ocultado estas cosas
a los sabios y a los prudentes y haberlas revelado a los pequeños. Sí, Padre,
porque así lo has querido.
Todo me ha sido dado por mi Padre, y nadie conoce al Hijo sino el Padre, así
como nadie conoce al Padre sino el Hijo y aquel a quien el Hijo se lo quiera
revelar.»
Palabra del Señor.
Despertad y gritad de alegría
los que yacéis en el polvo
Lectura del libro del profeta Isaías
26, 7-9.12.16-19
La senda del justo es recta, tú allanas el sendero del justo. Sí, en la senda
trazada por tus juicios, esperamos en ti, Señor: tu Nombre y tu recuerdo son el
deseo de nuestra alma.
Mi alma te desea por la noche, y mi espíritu te busca de madrugada, porque
cuando tus juicios se ejercen sobre la tierra, los habitantes del mundo aprenden
la justicia.
Señor, tú nos aseguras la paz, porque eres tú el que realiza por nosotros todo
lo que nosotros hacemos. En medio de la angustia, Señor, acudimos a ti, clamamos
en la opresión, cuando nos golpeaba tu castigo.
Como la mujer embarazada, que está por dar a luz, se retuerce y da gritos de
dolor, así éramos nosotros delante de ti, Señor. Hemos concebido, nos hemos
retorcido, y no dimos a luz más que viento. ¡No hemos traído la salvación a la
tierra, no le nacieron habitantes al mundo!
Pero tus muertos revivirán, se levantarás sus cadáveres. ¡Despierten y griten de
alegría los que yacen en el polvo! Porque tu rocío es un rocío de luz, y la
tierra dará vida a las Sombras.
Palabra de Dios.
SALMO Sal 101, 13-14b y 15. 16-18. 19-21 (R.: 20b)
R. El Señor miró la tierra desde el cielo.
Tú, Señor, reinas para siempre,
y tu Nombre permanece eternamente.
Tú te levantarás, te compadecerás de Sión,
porque ya es hora de tenerle piedad,
tus servidores sienten amor por esas piedras
y se compadecen de esas ruinas. R.
Las naciones temerán tu Nombre, Señor,
y los reyes de la tierra se rendirán ante tu gloria:
cuando el Señor reedifique a Sión
y aparezca glorioso en medio de ella;
cuando acepte la oración del desvalido
y no desprecie su plegaria. R.
Quede esto escrito para el tiempo futuro
y un pueblo renovado alabe al Señor:
porque él se inclinó desde su alto Santuario
y miró a la tierra desde el cielo,
para escuchar el lamento de los cautivos
y librar a los condenados a muerte. R.
ALELUIA Mt 11, 28
Aleluia.
Dice el Señor: Vengan a mí todos
los que están afligidos y agobiados,
y yo los aliviaré.
Aleluia.
EVANGELIO
Soy paciente y humilde de corazón
+ Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Mateo
11, 28-30
Jesús tomó la palabra y dijo:
Vengan a mí todos los que están afligidos y agobiados, y yo los aliviaré.
Carguen sobre ustedes mi yugo y aprendan de mí, porque soy paciente y humilde de
corazón, y así encontrarán alivio. Porque mi yugo es suave y mi carga liviana.
Palabra del Señor.
He oído tu súplica, he visto tus lágrimas
Lectura del libro del profeta Isaías
38, 1-6.22.7-8.21
Ezequías cayó gravemente enfermo. El profeta Isaías, hijo de Amós, fue a verlo y
le dijo: «Así habla el Señor: Ordena los asuntos de tu casa, porque vas a morir.
Ya no vivirás más.»
Ezequías volvió su rostro hacia al pared y oró al Señor, diciendo: «¡Ah, Señor!
Recuerda que yo he caminado delante de ti con fidelidad e integridad de corazón,
y que hice lo que es bueno a tus ojos.» Y Ezequías se deshizo en llanto.
Entonces la palabra del Señor llegó a Isaías en estos términos: «Ve a decir a
Ezequías: Así habla el Señor, el Dios de tu padre David: He oído tu súplica, he
visto tus lágrimas. Yo añadiré otros quince años a tu vida; te libraré, a ti y a
esta ciudad, de manos del rey de Asiria, y defenderé a esta ciudad.»
Ezequías respondió: «¿Cuál es la señal de que podré subir a la Casa del Señor?»
«Esta es la señal que te da el Señor para confirmar la palabra que ha
pronunciado: En el reloj de sol de Ajaz, yo haré retroceder diez grados la
sombra que ya ha descendido.»
Y el sol retrocedió en el reloj los diez grados que había descendido. Luego dijo
Isaías: «Traigan un emplasto de higos; aplíquenlo sobre la úlcera, y el rey
sanará.»
Palabra de Dios.
SALMO Is 38, 10-12d.16 (R.: 17b)
R. Señor, tu has preservado mi vida.
Yo decía: En lo mejor de mis días
me tengo que ir:
he sido destinado a las puertas del Abismo
por el resto de mis años. R.
Yo decía: Ya no contemplaré al Señor
en la tierra de los vivientes;
no veré más a los hombres
entre los habitantes del mundo. R.
Arrancan mi morada y me la arrebatan,
como una carpa de pastores.
Como un tejedor, yo enrollaba mi vida,
pero él me corta de la trama. R.
Los que el Señor protege, vivirán,
y su espíritu animará todo lo que hay en ellos:
tú me restablecerás y me harás revivir. R.
ALELUIA Jn 10, 27
Aleluia.
Dice el Señor: Mis ovejas escuchan mi voz,
yo las conozco y ellas me siguen.
Aleluia.
EVANGELIO
El Hijo del hombre es dueño del sábado
+ Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Mateo
12, 1-8
Jesús atravesaba unos sembrados y era un día sábado. Como sus discípulos
sintieron hambre, comenzaron a arrancar y a comer las espigas.
Al ver esto, los fariseos le dijeron: «Mira que tus discípulos hacen lo que no
está permitido en sábado.»
Pero él les respondió: «¿No han leído lo que hizo David, cuando él y sus
compañeros tuvieron hambre, cómo entró en la Casa de Dios y comieron los panes
de la ofrenda, que no les estaba permitido comer ni a él ni a sus compañeros,
sino solamente a los sacerdotes?
¿Y no han leído también en la Ley, que los sacerdotes, en el Templo, violan el
descanso del sábado, sin incurrir en falta?
Ahora bien, yo les digo que aquí hay alguien más grande que el Templo. Si
hubieran comprendido lo que significa: Yo quiero misericordia y no sacrificios,
no condenarían a los inocentes. Porque el Hijo del hombre es dueño del sábado.»
Palabra del Señor.
Codician campos y se apoderan de las casas
Lectura de la profecía de Miqueas 2, 1-5
¡Ay de los que proyectan iniquidades y traman el mal durante la noche! Al
despuntar el día, lo realizan, porque tienen el poder en su mano. Codician
campos y los arrebatan, casas, y se apoderan de ellas; oprimen al dueño y a su
casa, al propietario y a su herencia.
Por eso, así habla el Señor : Yo proyecto contra esta gente una desgracia tal
que ustedes no podrán apartar el cuello, ni andar con la cabeza erguida, porque
será un tiempo de desgracia.
Aquel día, se proferirá contra ustedes una sátira y se entonará esta
lamentación: «Hemos sido completamente devastados; ¡se transfiere a otros la
parte de mi pueblo! ¿Cómo me la quita a mí y reparte nuestros campos al que nos
lleva cautivos?»
Por eso, no tendrás a nadie que arroje la cuerda para medirte un lote, en la
asamblea del Señor.
Palabra de Dios.
SALMO Sal 9, 1-2. 3-4b. 7-8b. 14 (R.: 12b)
R. ¡Señor, no te olvides de los pobres!
¿Por qué te quedas lejos, Señor,
y te ocultas en los momentos de peligro?
El pobre se consume por la soberbia del malvado
y queda envuelto en las intrigas tramadas contra él. R.
Porque el malvado se jacta de su ambición,
el codicioso blasfema y menosprecia al Señor;
el impío exclama en el colmo de su arrogancia:
«No hay ningún Dios que me pida cuenta.» R.
Su boca está llena de maldiciones,
de engaños y de violencias;
detrás de sus palabras hay malicia y opresión;
se pone al acecho en los poblados
y mata al inocente en lugares ocultos. R.
Pero tú lo estás viendo:
tú consideras los trabajos y el dolor,
para tomarlos en tus propias manos.
El débil se encomienda a ti;
tú eres el protector del huérfano. R.
ALELUIA 2Cor 5, 19
Aleluia.
Dios estaba en Cristo reconciliando al mundo consigo,
confiándonos la palabra de la reconciliación.
Aleluia.
EVANGELIO
Les ordenó severamente que no lo dieran a conocer,
para que se cumpliera lo anunciado por el profeta
+ Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Mateo
12, 14-21
En seguida los fariseos salieron y se confabularon para buscar la forma de acabar con él.
Al enterarse de esto, Jesús se alejó de allí. Muchos lo siguieron, y los curó a todos. Pero él
les ordenó severamente que no lo dieran a conocer, para que se cumpliera lo anunciado por el
profeta Isaías:
Este es mi servidor, a quien elegí, mi muy querido, en quien tengo puesta mi predilección.
Derramaré mi Espíritu sobre él y anunciará la justicia a las naciones. No discutirá ni gritará,
y nadie oirá su voz en las plazas. No quebrará la caña doblada y no apagará la mecha humeante,
hasta que haga triunfar la justicia; y las naciones pondrán la esperanza en su Nombre.
Palabra del Señor.