Lecturas de la vigesimoquinta semana durante el año

Año par

Lunes - Martes - Miércoles - Jueves - Viernes - Sábado



Lunes

El hombre perverso es abominable para el Señor

Lectura del libro de los Proverbios     3, 27-34

No niegues un beneficio al que lo necesite, siempre que esté en tus manos hacerlo. No digas a tu prójimo: «Vuelve después, mañana te daré», si tienes con qué ayudarlo.
No trames el mal contra tu prójimo, mientras vive confiado junto a ti. No litigues con un hombre sin motivo, si no te ha causado ningún mal. No envidies al hombre violento ni elijas ninguno de sus caminos.
Porque el hombre perverso es abominable para el Señor, y él reserva su intimidad para los rectos. La maldición del Señor está en la casa del malvado, pero él bendice la morada de los justos. El se burla de los insolentes y concede su favor a los humildes.

Palabra de Dios.


SALMO
    Sal 14, 2-3a. 3b-4b. 5 (R.: cf. 1b)

R.
Señor, el justo habitará en tu santa montaña.

El que procede rectamente
y practica la justicia;
el que dice la verdad de corazón
y no calumnia con su lengua. R.

El que no hace mal a su prójimo
ni agravia a su vecino,
el que no estima a quien Dios reprueba
y honra a los que temen al Señor. R.

El que no presta su dinero a usura
ni acepta soborno contra el inocente.
El que procede así, nunca vacilará. R.


ALELUIA     Mt 5, 16

Aleluia.
Así debe brillar ante los ojos de los hombres
la luz que hay en ustedes,
a fin de que ellos vean sus buenas obras
y glorifiquen al Padre que está en el cielo.
Aleluia.


EVANGELIO

La lámpara se coloca sobre un candelero,
para que los que entren vean la luz

+ Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Lucas     8, 16-18

Jesús dijo a la gente:
«No se enciende una lámpara para cubrirla con un recipiente o para ponerla debajo de la cama, sino que se la coloca sobre un candelero, para que los que entren vean la luz. Porque no hay nada oculto que no se descubra algún día, ni nada secreto que no deba ser conocido y divulgado.
Presten atención y oigan bien, porque al que tiene, se le dará, pero al que no tiene, se le quitará hasta lo que cree tener.»

Palabra del Señor.

Martes

Diversas sentencias

Lectura del libro de los Proverbios     21, 1-6. 10-13

El corazón del rey es una corriente de agua en manos del Señor: él lo dirige hacia donde quiere. Al hombre le parece que todo su camino es recto, pero el Señor pesa los corazones.
Practicar la justicia y el derecho agrada al Señor más que los sacrificios.
Los ojos altaneros, el corazón arrogante, la luz de los malvados: todo eso es pecado.
Los proyectos del hombre laborioso son pura ganancia, el que se precipita acaba en la indigencia.
Tesoros adquiridos con engaños son ilusión fugaz de los que buscan la muerte.
El alma del malvado desea el mal, él no se apiada de su prójimo. El simple se hace sabio cuando se castiga al insolente, y asimila la ciencia cuando se instruye al sabio.
El justo observa la casa del malvado y precipita en la desgracia a los malos. El que cierra los oídos al clamor del débil llamará y no se le responderá.

Palabra de Dios.


SALMO
    Sal 118, 1. 27. 30. 34. 35. 44 (R.: 35a)

R.
Condúceme, Señor, por la senda de tus mandamientos.

Felices los que van por un camino intachable
los que siguen la ley del Señor. R.

Instrúyeme en el camino de tus leyes,
y yo meditaré tus maravillas. R.

Elegí el camino de la verdad,
puse tus decretos delante de mí. R.

Instrúyeme, para que observe tu ley
y la cumpla de todo corazón. R.

Condúceme por la senda de tus mandamientos,
porque en ella tengo puesta mi alegría. R.

Yo cumpliré fielmente tu ley:
lo haré siempre, eternamente. R.


ALELUIA     Lc 11, 28

Aleluia.
Felices los que escuchan la palabra de Dios
y la practican.
Aleluia.


EVANGELIO

Mi madre y mis hermanos
son los que escuchan la palabra de Dios y la practican

+ Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Lucas     8, 19-21

Su madre y sus hermanos fueron a verlo, pero no pudieron acercarse a causa de la multitud. Entonces le anunciaron a Jesús: «Tu madre y tus hermanos están ahí afuera y quieren verte.»
Pero él les respondió: «Mi madre y mis hermanos son los que escuchan la Palabra de Dios y la practican.»

Palabra del Señor.

Miércoles

No me des pobreza ni riqueza,
dame la ración necesaria

Lectura del libro de los Proverbios     30, 5-9

Toda palabra de Dios es acrisolada, Dios es un escudo para el que se refugia en él. No añadas nada a sus palabras, no sea que te reprenda y seas tenido por mentiroso.
Hay dos cosas que yo te pido, no me las niegues antes que muera: aleja de mí la falsedad y la mentira; no me des ni pobreza ni riqueza, dame la ración necesaria, no sea que, al sentirme satisfecho, reniegue y diga: «¿Quién es el Señor?», o que, siendo pobre, me ponga a robar y atente contra el nombre de mi Dios.

Palabra de Dios.


SALMO
    Sal 118, 29. 72. 89. 101. 104. 163 (R.: 105a)

R.
Señor, tu palabra es una lámpara para mis pasos.

Apártame del camino de la mentira,
y dame la gracia de conocer tu ley. R.

Para mí vale más la ley de tus labios
que todo el oro y la plata. R.

Tu palabra, Señor, permanece para siempre,
está firme en el cielo. R.

Yo aparto mis pies del mal camino,
para cumplir tu palabra. R.

Tus preceptos me hacen comprender:
por eso aborrezco el camino de la mentira. R.

Odio y aborrezco la mentira;
en cambio, amo tu ley. R.


ALELUIA     Mc 1, 15

Aleluia.
El Reino de Dios está cerca.
Conviértanse y crean en la Buena Noticia.
Aleluia.


EVANGELIO

Los envió a proclamar el Reino de Dios y a sanar a los enfermos

+ Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Lucas     9, 1-6

Jesús convocó a los Doce y les dio poder y autoridad para expulsar a toda clase de demonios y para curar las enfermedades. Y los envió a proclamar el Reino de Dios y a sanar a los enfermos, diciéndoles: «No lleven nada para el camino, ni bastón, ni alforja, ni pan, ni dinero, ni tampoco dos túnicas cada uno. Permanezcan en la casa donde se alojen, hasta el momento de partir. Si no los reciben, al salir de esa ciudad sacudan hasta el polvo de sus pies, en testimonio contra ellos.»
Fueron entonces de pueblo en pueblo, anunciando la Buena Noticia y curando enfermos en todas partes.

Palabra del Señor.

Jueves

No hay nada nuevo bajo el sol

Lectura del libro del Eclesiastés     1, 2-11

¡Vanidad, pura vanidad!, dice Cohélet. ¡Vanidad, pura vanidad! ¡Nada más que vanidad! ¿Qué provecho saca el hombre de todo el esfuerzo que realiza bajo el sol? Una generación se va y la otra viene, y la tierra siempre permanece. El sol sale y se pone, y se dirige afanosamente hacia el lugar de donde saldrá otra vez. El viento va hacia el sur y gira hacia el norte; va dando vueltas y vueltas, y retorna sobre su curso.
Todos los ríos van al mar y el mar nunca se llena; al mismo lugar donde van los ríos, allí vuelven a ir.
Todas las personas están gastadas, más de lo que se puede expresar.
¿No se sacia el ojo de ver y el oído no se cansa de escuchar? Lo que fue, eso mismo será; lo que se hizo, eso mismo se hará: ¡no hay nada nuevo bajo el sol!
Si hay algo de lo que dicen: «Mira, esto sí que es algo nuevo.» en realidad, eso mismo ya existió muchísimo antes que nosotros. No queda el recuerdo de las cosas pasadas, ni quedará el recuerdo de las futuras en aquellos que vendrán después.

Palabra de Dios.


SALMO
    Sal 89, 3-4. 5-6. 12-13. 14 y 17 (R.: 1)

R.
Señor, tú has sido nuestro refugio
a lo largo de las generaciones.


Tú haces que los hombres vuelvan al polvo,
con sólo decirles: «Vuelvan, seres humanos.»
Porque mil años son ante tus ojos
como el día de ayer, que ya pasó,
como una vigilia de la noche. R.

Tú los arrebatas, y son como un sueño,
como la hierba que brota de mañana:
por la mañana brota y florece,
y por la tarde se seca y se marchita. R.

Enséñanos a calcular nuestros años,
para que nuestro corazón alcance la sabiduría.
¡Vuélvete, Señor! ¿Hasta cuándo...?
Ten compasión de tus servidores. R.

Sácianos en seguida con tu amor,
y cantaremos felices toda nuestra vida.
Que descienda hasta nosotros la bondad del Señor;
que el Señor, nuestro Dios,
haga prosperar la obra de nuestras manos. R.


ALELUIA     Jn 14, 6

Aleluia.
Dice el Señor:
Yo soy el Camino, la Verdad y la Vida.
Nadie va al Padre, sino por mí.
Aleluia.


EVANGELIO

A Juan lo hice decapitar.
¿Quién es éste del cual oigo decir semejantes cosas?

+ Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Lucas     9, 7-9

El tetrarca Herodes se enteró de todo lo que pasaba, y estaba muy desconcertado porque algunos decían: «Es Juan, que ha resucitado.» Otros decían: «Es Elías, que se ha aparecido», y otros: «Es uno de los antiguos profetas que ha resucitado.»
Pero Herodes decía: «A Juan lo hice decapitar. Entonces, ¿quién es este del que oigo decir semejantes cosas?» Y trataba de verlo.

Palabra del Señor.

Viernes

Hay un tiempo para cada cosa bajo el sol

Lectura del libro del Eclesiastés     3, 1-11

Hay un momento para todo y un tiempo para cada cosa bajo el sol: un tiempo para nacer y un tiempo para morir, un tiempo para plantar y un tiempo para arrancar lo plantado; un tiempo para matar y un tiempo para curar, un tiempo para demoler y un tiempo para edificar; un tiempo para llorar y un tiempo para reír, un tiempo para lamentarse y un tiempo para bailar; un tiempo para arrojar piedras y un tiempo para recogerlas, un tiempo para abrazarse y un tiempo para separarse; un tiempo para buscar y un tiempo para perder, un tiempo para guardar y un tiempo para tirar; un tiempo para rasgar y un tiempo para coser, un tiempo para callar y un tiempo para hablar; un tiempo para amar y un tiempo para odiar, un tiempo de guerra y un tiempo de paz.
¿Qué provecho obtiene el trabajador con su esfuerzo? Yo vi la tarea que Dios impuso a los hombres para que se ocupen de ella.
El hizo todas las cosas apropiadas a su tiempo, pero también puso en el corazón del hombre el sentido del tiempo pasado y futuro, sin que el hombre pueda descubrir la obra que hace Dios desde el principio hasta el fin.

Palabra de Dios.


SALMO
    Sal 143, 1a y 2abc. 3-4 (R.: 1a)

R.
Bendito sea el Señor, mi Roca.

Bendito sea el Señor, mi Roca,
él es mi bienhechor y mi fortaleza,
mi baluarte y mi libertador;
él es el escudo con que me resguardo. R.

Señor, ¿qué es el hombre para que tú lo cuides,
y el ser humano, para que pienses en él?
El hombre es semejante a un soplo,
y sus días son como una sombra fugaz. R.


ALELUIA     Mc 10, 45

Aleluia.
El Hijo del hombre vino para servir
y dar su vida en rescate por una multitud.
Aleluia.


EVANGELIO

Tú eres el Mesías de Dios.
El Hijo del hombre debe sufrir mucho

+ Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Lucas     9, 18-22

Un día en que Jesús oraba a solas y sus discípulos estaban con él, les preguntó: «¿Quién dice la gente que soy yo?»
Ellos le respondieron: «Unos dicen que eres Juan el Bautista; otros, Elías; y otros, alguno de los antiguos profetas que ha resucitado.»
«Pero ustedes, les preguntó, ¿quién dicen que soy yo?»
Pedro, tomando la palabra, respondió: «Tú eres el Mesías de Dios.»
Y él les ordenó terminantemente que no lo dijeran a nadie.
«El Hijo del hombre, les dijo, debe sufrir mucho, ser rechazado por los ancianos, los sumos sacerdotes y los escribas, ser condenado a muerte y resucitar al tercer día.»

Palabra del Señor.

Sábado

Acuérdate de tu Creador en los días de tu juventud,
antes que el polvo vuelva a la tierra
y el aliento vuelva a Dios

Lectura del Eclesiastés     11, 9--12, 8

Alégrate, muchacho, mientras eres joven, y que tu corazón sea feliz en tus años juveniles. Sigue los impulsos de tu corazón y lo que es un incentivo para tus ojos; pero ten presente que por todo eso Dios te llamará a juicio. Aparta de tu corazón la tristeza y aleja de tu carne el dolor, porque la juventud y la aurora de la vida pasan fugazmente.
Acuérdate de tu Creador en los días de tu juventud, antes que lleguen los días penosos y vengan los años en los que dirás: «No encuentro en ellos ningún placer»; antes que se oscurezcan el sol y la luz, la luna y las estrellas, y vuelvan las nubes cargadas de lluvia. En aquel día temblarán los guardianes de la casa y se encorvarán los hombres vigorosos; se detendrán las moledoras, que ya serán pocas, y se oscurecerán las que miran por las ventanas; se cerrarán las puertas de la calle, mientras declina el ruido del molino; cesará el canto de los pájaros y enmudecerán las que entonan canciones.
Entonces se temerán las cuestas empinadas y los terrores acecharán por el camino.
El almendro estará florecido, se pondrá pesada la langosta y la alcaparra perderá su eficacia. Porque el hombre se va a su morada eterna, mientras las plañideras rondan por la calle.
Sí, acuérdate de él antes que se corte la hebra de plata y se quiebre la ampolla de oro, antes que se haga pedazos el cántaro en la fuente y se rompa la cuerda del aljibe; antes que el polvo vuelva a la tierra, como lo que es, y el aliento vuelva a Dios, porque es él quien lo dio.
¡Vanidad, pura vanidad!, dice Cohélet. ¡Nada más que vanidad!

Palabra de Dios.


SALMO
    Sal 89, 3-4. 5-6. 12-13. 14 y 17 (R.: 1)

R.
Señor, tú has sido nuestro refugio
a lo largo de las generaciones.


Tú haces que los hombres vuelvan al polvo,
con sólo decirles: «Vuelvan, seres humanos.»
Porque mil años son ante tus ojos
como el día de ayer, que ya pasó,
como una vigilia de la noche. R.

Tú los arrebatas, y son como un sueño,
como la hierba que brota de mañana:
por la mañana brota y florece,
y por la tarde se seca y se marchita. R.

Enséñanos a calcular nuestros años,
para que nuestro corazón alcance la sabiduría.
¡Vuélvete, Señor! ¿Hasta cuándo...?
Ten compasión de tus servidores. R.

Sácianos en seguida con tu amor,
y cantaremos felices toda nuestra vida.
Que descienda hasta nosotros la bondad del Señor;
que el Señor, nuestro Dios,
haga prosperar la obra de nuestras manos. R.


ALELUIA     Cf. 2Tim 1, 10b

Aleluia.
Nuestro Salvador Jesucristo destruyó la muerte
e hizo brillar la vida, mediante la Buena Noticia.
Aleluia.


EVANGELIO

El Hijo del hombre va a ser entregado.
Temían interrogar a Jesús acerca de esto

+ Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Lucas     9, 43b-45

Mientras todos se admiraban por las cosas que hacía, Jesús dijo a sus discípulos: «Escuchen bien esto que les digo: El Hijo del hombre va a ser entregado en manos de los hombres.»
Pero ellos no entendían estas palabras: su sentido les estaba velado de manera que no podían comprenderlas, y temían interrogar a Jesús acerca de esto.

Palabra del Señor.