Lecturas de la vigesimoctava semana durante el año

Año impar

Lunes - Martes - Miércoles - Jueves - Viernes - Sábado

 

Lunes

Por Cristo hemos recibido la gracia y la misión apostólica
a fin de conducir a la obediencia de la fe
a todos los pueblos paganos

Principio de la carta del apóstol san Pablo a los cristianos de Roma     1, 1-7
 
    Carta de Pablo, servidor de Jesucristo, llamado para ser Apóstol, y elegido para anunciar la Buena Noticia de Dios, que Él había prometido por medio de sus Profetas en las Sagradas Escrituras, acerca de su Hijo, Jesucristo, nuestro Señor,
        nacido de la estirpe de David
        según la carne,
        y constituido Hijo de Dios con poder
        según el Espíritu santificador,
        por su resurrección de entre los muertos.
        Por él hemos recibido la gracia y la misión apostólica,
        a fin de conducir a la obediencia de la fe,
        para gloria de su Nombre,
        a todos los pueblos paganos,
        entre los cuales se encuentran también ustedes,
        que han sido llamados por Jesucristo.
    A todos los que están en Roma, amados de Dios, llamados a ser santos, llegue la gracia y la paz, que proceden de Dios, nuestro Padre, y del Señor Jesucristo.
 
Palabra de Dios.
 
 
SALMO
    Sal 97, 1. 2-3b. 3c-4 (R.: 2a)
 
R.
¡El Señor manifestó su victoria!
 
Canten al Señor un canto nuevo,
porque el hizo maravillas:
su mano derecha y su santo brazo
le obtuvieron la victoria. R.
 
El Señor manifestó su victoria,
reveló su justicia a los ojos de las naciones:
se acordó de su amor y su fidelidad
en favor del pueblo de Israel. R.
 
Los confines de la tierra han contemplado
el triunfo de nuestro Dios.
Aclame al Señor toda la tierra,
prorrumpan en cantos jubilosos. R.
 
 
ALELUIA     Cf. Sal 94, 7d-8a
 
Aleluia.
No endurezcan hoy su corazón,
sino escuchen la voz del Señor.
Aleluia.
 
 
EVANGELIO

A esta generación no le será dado otro signo que el de Jonás

+ Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Lucas     11, 29-32
 
    Al ver Jesús que la multitud se apretujaba, comenzó a decir: «Esta es una generación malvada. Pide un signo y no le será dado otro que el de Jonás. Así como Jonás fue un signo para los ninivitas, también el Hijo del hombre lo será para esta generación.
    El día del Juicio, la Reina del Sur se levantará contra los hombres de esta generación y los condenará, porque ella vino de los confines de la tierra para escuchar la sabiduría de Salomón y aquí hay alguien que es más que Salomón.
    El día del Juicio, los hombres de Nínive se levantarán contra esta generación y la condenarán, porque ellos se convirtieron por la predicación de Jonás y aquí hay alguien que es más que Jonás.»
 
Palabra del Señor.

Martes

Los hombres, habiendo conocido a Dios,
no lo glorificaron como corresponde

Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los cristianos de Roma     1, 16-25
 
    Hermanos:
    Yo no me avergüenzo del Evangelio, porque es el poder de Dios para la salvación de todos los que creen: de los judíos en primer lugar, y después de los que no lo son. En el Evangelio se revela la justicia de Dios, por la fe y para la fe, conforme a lo que dice la Escritura: "El que es justo vivirá por la fe".
    En efecto, la ira de Dios se revela desde el cielo contra la impiedad y la injusticia de los hombres, que por su injusticia retienen prisionera la verdad. Porque todo cuanto de se puede conocer acerca de Dios está patente ante ellos: Dios mismo se lo dio a conocer, ya que sus atributos invisibles -su poder eterno y su divinidad- se hacen visibles a los ojos de la inteligencia, desde la creación del mundo, por medio de sus obras.
    Por lo tanto, aquellos no tienen ninguna excusa en efecto, habiendo conocido a Dios, no lo glorificaron ni le dieron gracias como corresponde. Por el contrario, se extraviaron en vanos razonamientos y su mente insensata quedó en la oscuridad. Haciendo alarde de sabios se convirtieron en necios, y cambiaron la gloria del Dios incorruptible por imágenes que representan a hombres corruptibles, aves, cuadrúpedos y reptiles.
    Por eso, dejándolos abandonados a los deseos de su corazón, Dios los entregó a una impureza que deshonraba sus propios cuerpos, ya que han sustituido la verdad de Dios por la mentira, adorando y sirviendo a las criaturas en lugar del Creador, que es bendito eternamente. Amén.
 
Palabra de Dios.
 
 
SALMO
    Sal 18, 2-3. 4-5ab (R.: 2a)
 
R.
El cielo proclama la gloria de Dios.
 
El cielo proclama la gloria de Dios
y el firmamento anuncia la obra de sus manos;
un día transmite al otro este mensaje
y las noches se van dando la noticia. R.
 
Sin hablar, sin pronunciar palabras,
sin que se escuche su voz,
resuena su eco por toda la tierra
y su lenguaje, hasta los confines del mundo. R.
 
 
ALELUIA     Heb 4, 12
 
Aleluia.
La Palabra de Dios es viva y eficaz,
discierne los pensamientos y las intenciones del corazón.
Aleluia.
 
 
EVANGELIO

Den limosna, y todo será puro

+ Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Lucas     11, 37-41
 
    Cuando terminó de hablar, un fariseo lo invitó a cenar a su casa. Jesús entró y se sentó a la mesa. El fariseo se extrañó de que no se lavara antes de comer.
    Pero el Señor le dijo: «¡Así son ustedes, los fariseos! Purifican por fuera la copa y el plato, y por dentro están llenos de voracidad y perfidia. ¡Insensatos! El que hizo lo de afuera, ¿no hizo también lo de adentro? Den más bien como limosna lo que tienen y todo será puro.»
 
Palabra del Señor.

Miércoles

Retribuirá a cada uno según sus obras,
a los judíos, en primer lugar, y también a los que no lo son.

Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los cristianos de Roma     2, 1-11
 
    Tú que pretendes ser juez de los demás -no importa quién seas- no tienes excusa, porque al juzgar a otros, te condenas a ti mismo, ya que haces lo mismo que condenas. Sabemos que Dios juzga de acuerdo con la verdad a los que se comportan así.
    Tú que juzgas a los que hacen esas cosas e incurres en lo mismo, ¿acaso piensas librarte del Juicio de Dios? ¿O desprecias la riqueza de la bondad de Dios, de su tolerancia y de su paciencia, sin reconocer que esa bondad te debe llevar a la conversión? Por tu obstinación en no querer arrepentirte, vas acumulando ira para el día de la ira, cuando se manifiesten los justos juicios de Dios, que retribuirá a cada uno según sus obras. El dará la Vida eterna a los que por su constancia en la práctica del bien, buscan la gloria, el honor y la inmortalidad. En cambio, castigará con la ira y la violencia a los rebeldes, a los que no se someten a la verdad y se dejan arrastrar por la injusticia.
    Es decir, habrá tribulación y angustia para todos los que hacen el mal: para los judíos, en primer lugar, y también para los que no lo son. Y habrá gloria, honor y paz para todos los que obran el bien: para los judíos, en primer lugar, y también para los que no lo son, porque Dios no hace acepción de personas.
 
Palabra de Dios.
 
 
SALMO
    Sal 61, 6-7. 9. 13
 
R.
¡Acuérdate de tu misericordia, Señor!
 
Sólo en Dios descansa mi alma,
de Él me viene la esperanza.
Sólo Él es mi Roca salvadora,
él es mi baluarte: nunca vacilaré. R.
 
Confíen en Dios constantemente,
ustedes, que son su pueblo,
desahoguen en él su corazón,
porque Dios es nuestro refugio. R.
 
El poder pertenece a Dios,
y a ti, Señor, la misericordia.
porque Tú retribuyes a cada uno
según sus acciones. R.
 
 
ALELUIA     Jn 10, 27
 
Aleluia.
«Mis ovejas escuchan mi voz,
Yo las conozco y ellas me siguen». dice el Señor.
Aleluia.
 
 
EVANGELIO

¡Ay de vosotros, fariseos
¡Ay de vosotros, doctores de la Ley!

+ Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Lucas     11, 42-46
 
    Jesús dijo a los fariseos:
    «¡Ay de ustedes, fariseos, que pagan el impuesto de la menta, de la ruda y de todas las legumbres, y descuidan la justicia y el amor de Dios! Hay que practicar esto, sin descuidar aquello.
    ¡Ay de ustedes, fariseos, porque les gusta ocupar el primer asiento en las sinagogas y ser saludados en las plazas!
    ¡Ay de ustedes, porque son como esos sepulcros que no se ven y sobre los cuales se camina sin saber!»
    Un doctor de la Ley tomó entonces la palabra y dijo: «Maestro, cuando hablas así, nos insultas también a nosotros.»
    Él le respondió: «¡Ay de ustedes también, porque imponen a los demás cargas insoportables, pero ustedes no las tocan ni siquiera con un dedo!»
 
Palabra del Señor.

Jueves

El hombre es justificado por la fe, sin las obras de la Ley

Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los cristianos de Roma     3, 21-30a
 
    Hermanos:
    Sabemos que la justicia de Dios atestiguada por la Ley y los Profetas: la justicia de Dios, por la fe en Jesucristo, para todos los que creen. Porque no hay ninguna distinción: todos han pecado y están privados de la gloria de Dios, pero son justificados gratuitamente por su gracia, en virtud de la redención cumplida en Cristo Jesús. El fue puesto por Dios como instrumento de propiciación por su propia sangre, gracias a la fe. De esa manera, Dios ha querido mostrar su justicia: en el tiempo de la paciencia divina, pasando por alto los pecados cometidos anteriormente, y en el tiempo presente, siendo justo y justificando a los que creen en Jesús.
    ¿Qué derecho hay entonces para gloriarse?. Ninguno. Pero, ¿en virtud de qué ley se excluye ese derecho?. ¿Por la ley de las obras?. No, sino por la ley de la fe. Porque nosotros estimamos que el hombre es justificado por la fe, sin las obras de la Ley.
    ¿Acaso Dios es solamente el Dios de los judíos?. ¿No lo es también de los paganos?. Evidentemente que sí, porque no hay más que un solo Dios.
 
Palabra de Dios.
 
 
SALMO
    Sal 129, 1-2. 3-4b. 5-6b (R.: 7)
 
R.
¡En ti se encuentra la misericordia, Señor!
 
Desde lo más profundo te invoco, Señor.
¡Señor, oye mi voz!
Estén tus oídos atentos
al clamor de mi plegaria. R.
 
Si tienes en cuenta las culpas, Señor,
¿Quién podrá subsistir?
Pero en ti se encuentra el perdón,
para que seas temido. R.
 
Mi alma espera en el Señor,
y yo confío en su palabra.
Mi alma espera al Señor,
más que el centinela la aurora. R.
 
 
ALELUIA     Jn 14, 6
 
Aleluia.
«Yo soy el Camino, la Verdad y la Vida.
Nadie va al Padre, sino por mi», dice el Señor
Aleluia.
 
 
EVANGELIO

Se pedirá cuenta de la sangre de los profetas,
desde la sangre de Abel hasta la sangre de Zacarías

+ Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Lucas     11, 47-54
 
    Jesús dijo a los fariseos y a los doctores de la Ley: «¡Ay de ustedes, que construyen los sepulcros de los profetas, a quienes sus mismos padres han matado! Así se convierten en testigos y aprueban los actos de sus padres: ellos los mataron y ustedes les construyen sepulcros.
    Por eso la Sabiduría de Dios ha dicho: Yo les enviaré profetas y apóstoles: matarán y perseguirán a muchos de ellos. Así se pedirá cuenta a esta generación de la sangre de todos los profetas, que ha sido derramada desde la creación del mundo: desde la sangre de Abel hasta la sangre de Zacarías, que fue asesinado entre el altar y el santuario. Sí, les aseguro que a esta generación se le pedirá cuenta de todo esto.
    ¡Ay de ustedes, doctores de la Ley, porque se han apoderado de la llave de la ciencia! No han entrado ustedes, y a los que quieren entrar, se lo impiden.»
    Cuando Jesús salió de allí, los escribas y los fariseos comenzaron a acosarlo, exigiéndole respuesta sobre muchas cosas y tendiéndole trampas para sorprenderlo en alguna afirmación.
 
Palabra del Señor.

Viernes

Abraham creyó en Dios
y esto le fue tenido en cuenta para su justificación

Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los cristianos de Roma     4, 1-8
 
    Hermanos:
    ¿Y qué diremos de Abraham, nuestro padre según la carne?. Si él hubiera sido justificado por las obras tendría de qué gloriarse, pero no delante de Dios. Porque, ¿qué dice la Escritura?: "Abraham creyó en Dios y esto le fue tenido en cuenta para su justificación".
    Ahora bien, al que trabaja no se le da el salario como un regalo, sino como algo que se le debe. Pero al que no hace nada, sino que cree en aquel que justifica al impío, se le tiene en cuenta la fe para su justificación. Por eso David proclama la felicidad de aquel a quien Dios confiere la justicia sin las obras, diciendo:
 
        "Felices aquellos a quienes fueron perdonadas sus faltas
        y cuyos pecados han sido cubiertos.
        Feliz el hombre
        a quien Dios no le tiene en cuenta su pecado".
 
Palabra de Dios.
 
 
SALMO
    Sal 31, 1-2. 5. 11 (R.: cf. 7)
 
R.
¡Me alegras con tu Salvación, Señor!
 

¡Feliz el que ha sido absuelto de su pecado
    y liberado de su falta!
¡Feliz el hombre a quien el Señor
no le tiene en cuenta las culpas,
y en cuyo espíritu no hay doblez! R.
 
Yo reconocí mi pecado,
no te escondí mi culpa,
pensando: « Confesaré mis faltas al Señor.»
¡Y tú perdonaste mi culpa y mi pecado! R.
 
¡Alégrense en el Señor, regocíjense los justos!
¡Canten jubilosos los rectos de corazón! R.
 
 
ALELUIA     Sal 32, 22
 
Aleluia.
Señor, que tu amor descienda sobre nosotros,
conforme a la esperanza que tenemos en ti.
Aleluia.
 
 
EVANGELIO

Tienen contados todos sus cabellos

+ Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Lucas     12, 1-7
 
    En aquel tiempo, se reunieron miles de personas, hasta el punto de atropellarse unos a otros. Jesús comenzó a decir, dirigiéndose primero a sus discípulos: «Cuídense de la levadura de los fariseos, que es la hipocresía. No hay nada oculto que no deba ser revelado, ni nada secreto que no deba ser conocido. Por eso, todo lo que ustedes han dicho en la oscuridad, será escuchado en pleno día; y lo que han hablado al oído, en las habitaciones más ocultas, será proclamado desde lo alto de las casas.
    A ustedes, mis amigos, les digo: No teman a los que matan el cuerpo y después no pueden hacer nada más. Yo les indicaré a quién deben temer: teman a aquel que, después de matar, tiene el poder de arrojar a la Gehena. Sí, les repito, teman a ese.
    ¿No se venden acaso cinco pájaros por dos monedas?. Sin embargo, Dios no olvida a ninguno de ellos. Ustedes tienen contados todos sus cabellos: no teman, porque valen más que muchos pájaros».
 
Palabra del Señor.

Sábado

Esperó contra toda esperanza

Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los cristianos de Roma     4, 13. 16-18
 
    Hermanos:
    La promesa de recibir el mundo en herencia, hecha a Abraham y a su posteridad, no le fue concedida en virtud de la Ley, sino por la justicia que procede de la fe. Por eso, la herencia se obtiene por medio de la fe, a fin de que esa herencia sea gratuita y la promesa quede asegurada para todos los descendientes de Abraham, no sólo los que lo son por la Ley, sino también los que lo son por la fe. Porque él es nuestro padre común como dice la Escritura: Te he constituido padre de muchas naciones. Abraham es nuestro padre a los ojos de aquel en quien creyó: el Dios que da vida a los muertos y llama a la existencia a las cosas que no existen.
    Esperando contra toda esperanza, Abraham creyó y llegó a ser padre de muchas naciones, como se le había anunciado: "Así será tu descendencia".
 
Palabra de Dios.
 
 
SALMO
    Sal 104, 6-7. 8-9. 42-43 (R.: 8a)
 
R.
¡El Señor se acuerda eternamente de su Alianza!
 
O bien:
 
Aleluia.
 
Descendientes de Abraham, su servidor,
hijos de Jacob, su elegido:
el Señor es nuestro Dios,
en toda la tierra rigen sus decretos. R.
 
El se acuerda eternamente de su alianza,
de la palabra que dio por mil generaciones,
del pacto que selló con Abraham,
del juramento que hizo a Isaac. R.
 
El se acordó de la palabra sagrada,
que había dado a Abraham, su servidor,
e hizo salir a su pueblo con alegría,
a sus elegidos, entre cantos de triunfo. R.
 
 
ALELUIA     Jn 15, 26cd. 27a
 
Aleluia.
«El Espíritu de la Verdad dará testimonio de mí,
y ustedes también serán mis testigos», dice el Señor.
Aleluia.
 
 
EVANGELIO

El Espíritu Santo les enseñará en ese momento lo que deben decir

+ Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Lucas     12, 8-12
 
    Jesús dijo a sus discípulos:
    Les aseguro que aquel que me reconozca abiertamente delante de los hombres, el Hijo del hombre lo reconocerá ante los ángeles de Dios. Pero el que no me reconozca delante de los hombres, no será reconocido ante los ángeles de Dios.
    Al que diga una palabra contra el Hijo del hombre, se le perdonará; pero al que blasfeme contra el Espíritu Santo, no se le perdonará.
    Cuando los lleven ante las sinagogas, ante los magistrados y las autoridades, no se preocupen de cómo se van a defender o qué van a decir, porque el Espíritu Santo les enseñará en ese momento lo que deban decir.
 
Palabra del Señor.