13 de enero
San Hilario
obispo y doctor de la Iglesia.
El que reconoce al Hijo, también está unido al Padre
Lectura de la primera carta del Apóstol san Juan
2, 18-25
Hijos míos, ha llegado la última hora.
Ustedes oyeron decir que vendría el Anticristo; en realidad, ya han aparecido muchos anticristos,
y por eso sabemos que ha llegado la última hora. Ellos salieron de entre nosotros, sin embargo,
no eran de los nuestros. Si lo hubieran sido, habrían permanecido con nosotros. Pero debía ponerse
de manifiesto que no todos son de los nuestros.
Ustedes recibieron la unción del que es Santo, y todos tienen el verdadero conocimiento.
Les he escrito, no porque ustedes ignoren la verdad, sino porque la conocen, y porque ninguna
mentira procede de la verdad.
¿Quién es el mentiroso, sino el que niega que Jesús es el Cristo? Ese es el Anticristo: el que niega
al Padre y al Hijo. El que niega al Hijo no está unido al Padre; el que reconoce al Hijo también está
unido al Padre.
En cuanto a ustedes, permanezcan fieles a lo que oyeron desde el principio: de esa manera,
permanecerán también en el Hijo y en el Padre.
La promesa que él nos hizo es esta: la Vida eterna.
Palabra de Dios.
SALMO Sal 109, 1-4
R. Tú eres sacerdote para siempre,
a al manera de Melquisedec.
Dijo el Señor a mi Señor:
«Siéntate a mi derecha,
mientras yo pongo a tus enemigos
como estrado de tus pies.» R.
El Señor extenderá
el poder de tu cetro:
«¡Domina desde Sión,
en medio de tus enemigos!» R.
«Tú eres príncipe desde tu nacimiento,
con esplendor de santidad;
yo mismo te engendré como rocío,
desde el seno de la aurora.» R.
El Señor lo ha jurado
y no se retractará:
«Tú eres sacerdote para siempre,
a la manera de Melquisedec.» R.
ALELUIA 1Cor 2, 7
Anunciamos una sabiduría de Dios, misteriosa,
que él preparó para nuestra gloria
antes que existiera el mundo.
EVANGELIO
Ustedes son la luz del mundo
+ Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Mateo
5, 13-19
Jesús dijo a sus discípulos:
«Ustedes son la sal de la tierra. Pero si la sal pierde su sabor, ¿con qué se la volverá a salar?
Ya no sirve para nada, sino para ser tirada y pisada por los hombres.
Ustedes son la luz del mundo. No se puede ocultar una ciudad situada en la cima de una montaña.
Y no se enciende una lámpara para meterla debajo de un cajón, sino que se la pone sobre el candelero
para que ilumine a todos los que están en la casa.
Así debe brillar ante los ojos de los hombres la luz que hay en ustedes, a fin de que ellos vean sus
buenas obras y glorifiquen al Padre que está en el cielo.
No piensen que vine para abolir la Ley o los Profetas: yo no he venido a abolir, sino a dar cumplimiento.
Les aseguro que no desaparecerá ni una i ni una coma de la Ley, antes que desaparezcan el cielo y la tierra,
hasta que todo se realice.
El que no cumpla el más pequeño de estos mandamientos, y enseñe a los otros a hacer lo mismo, será
considerado el menor en el Reino de los Cielos. En cambio, el que los cumpla y enseñe, será considerado
grande en el Reino de los Cielos.»
Palabra del Señor.