11 de abril
San Estanislao
obispo y mártir
Memoria
Despreciaron su vida hasta la muerte
Lectura del libro del Apocalipsis 12, 10-12a
Yo, Juan, escuché una voz potente que resonó en el cielo:
«Ya llegó la salvación, el poder y el Reino de nuestro Dios y la soberanía de su Mesías, porque ha sido precipitado el acusador de nuestros hermanos,
el que día y noche los acusaba delante de nuestro Dios. Ellos mismos lo han vencido, gracias a la sangre del Cordero y al testimonio que dieron de Él,
porque despreciaron su vida hasta la muerte.
¡Que se alegren entonces el cielo y sus habitantes!»
Palabra de Dios.
SALMO 33, 2-9
R. El Señor me libró de todos mis temores.
Bendeciré al Señor en todo tiempo,
su alabanza estará siempre en mis labios.
Mi alma se gloría en el Señor;
que lo oigan los humildes y se alegren. R.
Glorifiquen conmigo al Señor,
alabemos su Nombre todos juntos.
Busqué al Señor: Él me respondió
y me libró de todos mis temores. R.
Miren hacia Él y quedarán resplandecientes,
y sus rostros no se avergonzarán.
Este pobre hombre invocó al Señor:
Él lo escuchó y lo salvó de sus angustias. R.
El Angel del Señor acampa
en torno de sus fieles, y los libra.
¡Gusten y vean qué bueno es el Señor!
¡Felices los que en Él se refugian! R.
ALELUIA (Se omite en Cuaresma) 2Cor 1, 3b-4a
Aleluia.
Bendito sea el Padre de las misericordias
y Dios de todo consuelo,
que nos reconforta en todas nuestras tribulaciones.
Aleluia.
EVANGELIO
El mundo los odió
Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Juan 17, 1b. 11b-19
A la Hora de pasar de este mundo al Padre, Jesús levantó los ojos al cielo, y oró diciendo:
Padre santo, cuídalos en tu Nombre que me diste
para que sean uno, como nosotros.
Mientras estaba con ellos,
Yo los cuidaba en tu Nombre que me diste;
los protegía
y no se perdió ninguno de ellos,
excepto el que debía perderse,
para que se cumpliera la Escritura.
Pero ahora voy a ti,
y digo esto estando en el mundo,
para que mi gozo sea el de ellos
y su gozo sea perfecto.
Yo les comuniqué tu palabra,
y el mundo los odió
porque ellos no son del mundo,
como tampoco Yo soy del mundo.
No te pido que los saques del mundo,
sino que los preserves del Maligno.
Ellos no son del mundo,
como tampoco Yo soy del mundo.
Conságralos en la verdad:
tu palabra es verdad.
Así como Tú me enviaste al mundo,
Yo también los envío al mundo.
Por ellos me consagro,
para que también ellos
sean consagrados en la verdad.
Palabra del Señor.