EL NACIMIENTO DE JUAN BAUTISTA
Solemnidad
Misa de la vigilia
1
Antes de formarte en el vientre materno,
yo te conocía
Lectura del libro del profeta Jeremías 1, 4-10
La palabra del Señor llegó a mí en estos términos:
«Antes de formarte en el vientre materno, yo te conocía; antes de que salieras
del seno, yo te había consagrado, te había constituido profeta para las naciones.»
Yo respondí: «¡Ah, Señor! Mira que no sé hablar, porque soy demasiado joven.»
El Señor me dijo: «No digas: "Soy demasiado joven", porque tú irás adonde yo te
envíe y dirás todo lo que yo te ordene. No temas delante de ellos, porque yo estoy contigo
para librarte -oráculo del Señor-.»
El Señor extendió su mano, tocó mi boca y me dijo: «Yo pongo mis palabras en tu boca.
Yo te establezco en este día sobre las naciones y sobre los reinos, para arrancar y derribar,
para perder y demoler, para edificar y plantar.»
Palabra de Dios.
SALMO Sal 70, 1-4a. 5-6b. 15ab.17 (R.: 6b)
R. Desde el seno materno fuiste mi protector.
Yo me refugio en ti, Señor,
¡que nunca tenga que avergonzarme!
Por tu justicia, líbrame y rescátame,
inclina tu oído hacia mí, y sálvame. R.
Sé para mí una roca protectora,
tú que decidiste venir siempre en mi ayuda,
porque tú eres mi Roca y mi fortaleza.
¡Líbrame, Dios mío, de las manos del impío. R.
Porque tú, Señor, eres mi esperanza
y mi seguridad desde mi juventud.
En ti me apoyé desde las entrañas de mi madre;
desde el seno materno fuiste mi protector. R.
Mi boca anunciará incesantemente
tus actos de justicia y salvación.
Dios mío, tú me enseñaste desde mi juventud,
y hasta hoy he narrado tus maravillas. R.
2 Esta salvación ha sido el objeto de la búsqueda
y la investigación de los profetas
Lectura de la primera carta del apóstol san Pedro 1, 8-12
Queridos hermanos:
Ustedes aman a Jesucristo sin haberlo visto, y creyendo en él sin verlo todavía,
se alegran con un gozo indecible y lleno de gloria, seguros de alcanzar el
término de esa fe, que es la salvación.
Esta salvación ha sido el objeto de la búsqueda y la investigación de los
profetas que vaticinaron sobre la gracia destinada a ustedes. Ellos trataban de
descubrir el tiempo y las circunstancias señaladas por el Espíritu de Cristo,
que estaba presente en ellos, y anunciaba anticipadamente los sufrimientos
reservados a Cristo y la gloria que les seguiría. A ellos les fue revelado que
estaban al servicio de un mensaje destinado no a sí mismos, sino a ustedes. Y
ahora ustedes han recibido el anuncio de ese mensaje por obra de quienes, bajo
la acción del Espíritu Santo enviado desde el cielo, les transmitieron la Buena
Noticia que los ángeles ansían contemplar.
Palabra de Dios.
ALELUIA Cf. Jn 1, 7; Lc 1, 17
Aleluia.
Vino para dar testimonio de la luz;
para preparar al Señor un Pueblo bien dispuesto.
Aleluia.
EVANGELIO
Te dará un hijo al que llamarás Juan
+
Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Lucas 1, 5-17Misa del día
1 Yo te destino a ser la luz de las naciones
Lectura del libro del profeta Isaías 49, 1-6
¡Escúchenme, costas lejanas, presten atención, pueblos remotos! El Señor me
llamó desde el seno materno, desde el vientre de mi madre pronunció mi nombre.
El hizo de mi boca una espada afilada, me ocultó a la sombra de su mano; hizo de
mí una flecha punzante, me escondió en su aljaba. El me dijo: «Tú eres mi
Servidor, Israel, por ti yo me glorificaré.» Pero yo dije: «En vano me fatigué,
para nada, inútilmente, he gastado mi fuerza.» Sin embargo, mi derecho está
junto al Señor y mi retribución, junto a mi Dios. Y ahora, ha hablado el Señor,
el que me formó desde el seno materno para que yo sea su Servidor, para hacer
que Jacob vuelva a él y se le reúna Israel. Yo soy valioso a los ojos del Señor
y mi Dios ha sido mi fortaleza. El dice: «Es demasiado poco que seas mi Servidor
para restaurar a las tribus de Jacob y hacer volver a los sobrevivientes de
Israel; yo te destino a ser la luz de las naciones, para que llegue mi salvación
hasta los confines de la tierra.»
Palabra de Dios.
SALMO Sal 138, 1b-3. 13-14b. 14c-15 (R.: 14a)
R. Te doy gracias porque fui formado
de manera tan admirable.
Señor, tú me sondeas y me conoces,
tú sabes si me siento o me levanto;
de lejos percibes lo que pienso,
te das cuenta si camino o si descanso,
y todos mis pasos te son familiares. R.
Tú creaste mis entrañas,
me plasmaste en el seno de mi madre:
te doy gracias porque fui formado
de manera tan admirable.
¡Qué maravillosas son tus obras! R.
Tú conocías hasta el fondo de mi alma
y nada de mi ser se te ocultaba,
cuando yo era formado en lo secreto,
cuando era tejido en lo profundo de la tierra. R.
2 Juan había predicado como preparación a la venida de Cristo
Lectura de los Hechos de los apóstoles 13, 22-26
Pablo decía:
«Cuando Dios desechó a Saúl, les suscitó como rey a David, el hijo de Jesé, a un hombre conforme a mi corazón que cumplirá siempre mi voluntad.
De la descendencia de David hizo surgir para Israel un Salvador, qué es Jesús.
Como preparación a su venida, Juan había predicado un bautismo de penitencia a todo el pueblo de Israel. Y al final de su carrera, Juan decía:
"Yo no soy el que ustedes creen, pero sepan que después de mí viene aquel a quien yo no soy digno de desatar las sandalias".
Hermanos, este mensaje de salvación está dirigido a ustedes: los descendientes de Abraham y los que temen a Dios.»
Palabra de Dios.
ALELUIA Cf. Lc 1, 76
Aleluia.
Tú, niño, serás llamado Profeta del Altísimo;
irás delante del Señor preparando sus caminos.
Aleluia.
EVANGELIO
Su nombre es Juan
+ Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Lucas
1, 57-66. 80
Cuando llegó el tiempo en que Isabel debía ser madre, dio a luz un hijo.
Al enterarse sus vecinos y parientes de la gran misericordia con que Dios la había
tratado, se alegraban con ella.
A los ocho días, se reunieron para circuncidar al niño, y querían llamarlo
Zacarías, como su padre; pero la madre dijo: «No, debe llamarse Juan.»
Ellos le decían: «No hay nadie en tu familia que lleve ese nombre.»
Entonces preguntaron por señas al padre qué nombre quería que le pusieran. Este
pidió una pizarra y escribió: «Su nombre es Juan.»
Todos quedaron admirados. Y en ese mismo momento, Zacarías recuperó el habla y
comenzó a alabar a Dios.
Este acontecimiento produjo una gran impresión entre la gente de los
alrededores, y se lo comentaba en toda la región montañosa de Judea. Todos los
que se enteraron guardaban este recuerdo en su corazón y se decían: «¿Qué
llegará a ser este niño?» Porque la mano del Señor estaba con él.
El niño iba creciendo y se fortalecía en su espíritu; y vivió en lugares
desiertos hasta el día en que se manifestó a Israel.
Palabra del Señor.