20 de julio
San Apolinar
obispo y mártir
Yo mismo apacentaré mis ovejas y las llevaré a descansar
Lectura de la profecía de Ezequiel 34, 11-16
Así habla el Señor:
«¡Aquí estoy yo! Yo mismo voy a buscar mi rebaño y me ocuparé de él. Como el
pastor se ocupa de su rebaño cuando está en medio de sus ovejas dispersas, así
me ocuparé de mis ovejas y las libraré de todos los lugares donde se habían
dispersado, en un día de nubes y tinieblas. Las sacaré de entre los pueblos, las
reuniré de entre las naciones, las traeré a su propio suelo y las apacentaré
sobre las montañas de Israel, en los cauces de los torrentes y en todos los
poblados del país. Las apacentaré en buenos pastizales y su lugar de pastoreo
estará en las montañas altas de Israel. Allí descansarán en un buen lugar de
pastoreo, y se alimentarán con ricos pastos sobre las montañas de Israel.
Yo mismo apacentaré a mis ovejas y las llevaré a descansar -oráculo del Señor-.
Buscaré a la oveja perdida, haré volver a la descarriada, vendaré a la herida y
curaré a la enferma, pero exterminará a la que está gorda y robusta. Yo las
apacentaré con justicia.»
Palabra de Dios.
SALMO Sal 22, 1-6
R. El Señor es mi pastor, nada me puede faltar.
El Señor es mi pastor, nada me puede faltar.
Él me hace descansar en verdes praderas,
me conduce a las aguas tranquilas
y repara mis fuerzas. R.
Me guía por el recto sendero, por amor de su Nombre.
Aunque cruce por oscuras quebradas, no temeré ningún mal,
porque Tú estás conmigo:
tu vara y tu bastón me infunden confianza. R.
Tú preparas ante mí una mesa,
frente a mis enemigos;
unges con óleo mi cabeza
y mi copa rebosa. R.
Tu bondad y tu gracia me acompañan
a lo largo de mi vida;
y habitaré en la Casa del Señor,
por muy largo tiempo. R.
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Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Juan 10, 11-18